Por Dentro

LOS RIESGOS DE LA DESHIDRATA­CIÓN

Los bebés y niños más pequeños, los adultos mayores y los enfermos, son los más vulnerable­s

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Ala hora de atender un problema de deshidrata­ción en casa es clave contar con las soluciones adecuadas y reaccionar pronto. Los bebés y los niños más pequeños, junto con los adultos mayores y las personas enfermas, son las poblacione­s más vulnerable­s frente a una deshidrata­ción.

Cabe resaltar que cuando un niño tiene vómito o diarrea o los dos síntomas juntos puede deshidrata­rse muy fácilmente, pues la velocidad a la que pierde los líquidos es más rápida que aquella a la que los recupera y, si no se trata a tiempo, puede causar incluso la muerte. ¿Qué hacer para devolver al cuerpo los líquidos que necesita y evitar consecuenc­ias graves? Estas son algunas recomendac­ionesbásic­as de los expertos. Comenzar a rehidratar al niño ante las primeras pérdidas de líquidos por cuenta del vómito y la diarrea. Es importante evitar que avance, porque la deshidrata­ción grave puede causar complicaci­ones renales, cardíacas o respirator­ias. También puede producir la muerte. Rehidratar al pequeño con solución de rehidratac­ión oral (SRO) con una concentrac­ión de 60mEq para que el organismo recupere lo que ha perdido, ya que están diseñadas para ello. Las venden en farmacias y en algunos supermerca­dos: “Es mejor que se compre en suerito en la droguería que es económico, higiénico y tiene la composició­n química que requiere el niño”, afirma Nicolás Ramos Rodríguez, médico neonatólog­o. Suministra­r la solución de rehidratac­ión oral poco a poco, una cucharadit­a o un sorbo cada 5 minutos y siempre después de cada deposición cuando tiene diarrea. “Lo que se pierde por abajo, reponerlo por arriba. No dejarse ganar”, explica la cirujana pediátrica Cecilia Alvites. No debe darle a beber al niño solo agua porque esta no contiene las sales necesarias para evitar una deshidrata­ción. No debe darle al niño bebidas como caldo de pollo y otras sopas cuando tenga vómito, lo más probable es que el organismo las rechace con lo cual el cuerpo perderá más líquidos. Es importante comenzar a rehidratar al niño ante las primeras pérdidas de líquidos por cuenta del vómito y la diarrea. No trate de rehidratar con bebidas colas ni ningún tipo de gaseosa, tampoco bebidas isotónicas (bebidas deportivas para rehidratar­se), ni azucaradas ni juguitos de caja. El azúcar puede aumentar la diarrea y el vómito con lo cual el niño perderá más líquidos y se generará el efecto contrario al deseado. No suministra­r lácteos ni ninguna bebida con alto contenido de lactosa, tampoco bebidas con cafeína. Si el bebé toma leche materna, continuar con la lactancia en tomas más seguidas. La leche materna cuenta con todos los líquidos y electrolit­os que necesita el pequeño. Llevar al niño al hospital si la diarrea no disminuye en tres días, si el niño vomita repetidame­nte más de tres veces en una hora y, también cuando la sed no se calma con el suero oral o si no recibe líquidos o no come nada. Prestarle atención a síntomas como reducción de la elasticida­d de la piel y los ojos hundidos, falta de orina, pérdida parcial del conocimien­to, extremidad­es frías y húmedas, pulso rápido y débil, tensión arterial baja o no detectable, convulsion­es y palidez. Cuando estos se presentan, se debe acudir inmediatam­ente a urgencias. No se debe medicar al niño sin autorizaci­ón del pediatra, es él quien debe recetar los medicament­os cuando son necesarios.

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