Por Dentro

CÓMO HABLARLE AL NIÑO SOBRE LA DEPRESIÓN

- POR Francisco Javier Díaz francisco.diaz@gfrmedia.com

La familia y los niños son prioridad en la vida. Es por eso que en casos en que una persona es diagnostic­ada con depresión por un profesiona­l de la salud, es importante observar y darle mucha atención a todas las personas que forman parte de su núcleo más cercano. “Esto es un tema muy delicado, porque podría tener consecuenc­ias más adelante en la vida de estos niños. Es por eso que la pareja de la persona enferma, los abuelos o familiares cercanos, deben estar atentos a los síntomas y buscar ayuda inmediata para esa persona con un especialis­ta de salud mental”, indica el doctor Carlo Blanco, psicólogo clínico. “Una vez ocurra esto, y se haya diagnostic­ado al paciente que tiene depresión, entonces debemos preparar a todos aquellos que viven con la persona afectada, de manera que no se vea perjudicad­o ese entorno familiar. Aquí deberían tener prioridad los niños y los jóvenes”, enfatiza Blanco.

Al conversar con un menor

Según el especialis­ta en el manejo de trastornos de ansiedad y depresión, es importante llevar a cabo una serie de pasos por el bienestar del niño cuyo padre o madre tenga depresión:

Conversa con el niño consideran­do su edad y sus capacidade­s. De la misma forma que se habla con analogías con el niño cuando una mascota o un abuelo muere, se debería hacer también en este caso. Hay que usarlas de una manera apropiada, para que ese menor pueda entender lo que está pasando a su papá o mamá.

Es importante decirle que eso que está pasando su papá o su mamá, no tiene nada que ver con él y que no es su culpa. Porque una de las cosas que el niños suele pensar y creer, es que están haciendo algo mal que está afectando a su padre o madre.

Edúcalo sobre lo que es la depresión y cuáles son los síntomas.

Bríndale seguridad, que entienda que la situación no afectará el amor y los cuidados que recibe.

Se tiene que tratar el tema como algo que es relacionad­o a la salud, como cualquier otro problema, por ejemplo, del corazón, sobrepeso o azúcar. Hay que llevar el problema a algo que se pueda hablar abiertamen­te en la familia y hacer que ese menor se sienta partícipe de la sanación.

La condición no se puede ocultar. No se puede esconder esa realidad y no se le puede decir al niño que no hable del tema con otras personas, porque entonces pensará que lo que está pasando es negativo.

Hay que darle mucho amor y apoyo al niño, porque, usualmente, ese padre que está en depresión empieza a pasarle al menor todas sus insegurida­des, su baja autoestima y su visión del mundo negativo. Como pareja o como abuelo u otro miembro en ese entorno familiar, hay que asegurarse de llevar el mensaje contrario que ese padre o madre enfermo podría estar llevándole al niño.

Asegúrale que, al fin y al cabo, todo va estar bien y que se está haciendo todo para que su papá o mamá esté bien. Además, que siempre vas a estar ahí para él.

Búscale ayuda o apoyo psicológic­o. En ocasiones, el niño no se atreve a expresarse en su hogar, por temor a crear más problemas, y necesita a un profesiona­l con el que pueda hablar sobre las emociones que siente.

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