ATENTOS A LOS JÓVENES
El psicólogo clínico explica que cada generación debe comprenderse de forma distinta. Por ello, en el caso de los más jóvenes, señala que son muy buenos para responder a las crisis y trabajar con lo que respecta al cambio social, aunque le preocupa que, en los últimos años, hayan experimentado muchos cambios y problemas sociales que pudieran haber minado su capacidad para sobrellevar las cargas emocionales generadas por esas experiencias.
Esto puede ocasionar síntomas que pudieran confundirse con una condición mental, pero que no necesariamente lo es. Entre ellos, que presente un pensamiento confuso, habilidad reducida para concentrarse, miedo excesivo y se sienta constantemente culpable. A estos se añaden:
■ Cambios drásticos en el estado de ánimo y se retrae socialmente.
■ Cansancio profundo, baja energía, duerme mucho o no duerme.
■ Alucinaciones o paranoia
■ Dificultad para lidiar con el estrés diario.
■ Usar alcohol o abusar de medicamentos como los opioides.
■ Presentar cambios en los hábitos de alimentación.
■ Cambios en su vida sexual “Todos estos son signos que levantan una bandera roja”, recalca.
En ocasiones, dice Martínez Ortiz, las personas que sienten que sus cargas emocionales son insostenibles buscan soluciones drásticas como el suicidio, pues no poseen las herramientas que les permitan procesar toda esa información y buscar soluciones alternas. En estos casos, la prevención se convierte en la mejor estrategia.