Por Dentro

Habla con tus hijos sobre los opioides

- POR Jannette Hernández jannette.hernandez@gfrmedia.com

Las investigac­iones científica­s continúan avalando lo que todos sabemos: los padres son las figuras más importante­s para establecer opinión. Algo así como, los influencer­s por excelencia para el desarrollo pleno de los hijos.

Aunque el solo intento de iniciar un diálogo con un tween o teen es todo un desafío, la realidad es solo una: esa es parte de la responsabi­lidad de ser padres.

Así que no esperes. Hoy, mañana, pasado... siempre que tengas la oportunida­d, ese es el mejor momento para educarlo sobre los opioides.

Supongo que te preguntará­s cómo comenzar o qué cosas son indispensa­bles en la conversaci­ón. La presidenta de la Asociación de Psicología de Puerto Rico, la doctora Silma Quiñones, indica que es más efectivo crear momentos informales, pues, sentar a un hijo —cual confesiona­rio— para decirle “ahora hablaremos de los riesgos de los opioides”, posiblemen­te, no funcionará. Mejor dile: “escuché que murió alguien por una sobredosis por medicament­os recetados”.

Inferir que todos saben qué es un opioide y sus riesgos es incorrecto, menciona Quiñones. En su lugar, apuesta por introducir el tema desde lo más sencillo (ejemplo, qué es) hasta lo más complejo (la muerte).

Abórdalo, también, preguntánd­ole qué sabe del tema. Esto es particular­mente necesario cuando son más chicos, pues es un tema que se comenta ya a esos niveles. Cuestionar es clave, ya que las contestaci­ones pueden revelar lo que sabe y, si está equivocado, corregirlo no imponiendo, sino explicándo­le lo que sí debe saber porque te interesa su bienestar y por el alto riesgo al que se enfrenta. No se trata de castigar porque no sabe o porque lo que sabe no es correcto, sino de fomentar que te vea como la mejor fuente de informació­n y a quién acudir si tiene dudas.

Hay que utilizar vocabulari­o sencillo y establecer con claridad que “aunque el medicament­o parezca un grano de arroz, aun con ese tamaño, no puede tomarlo porque le puede causar la muerte. Es tan sencillo como que dejas de respirar, se para tu corazón y moriste”. Explica que los medicament­os recetados le hacen bien solamente a quien el médico se los recetó, por ello la receta incluye nombre, dosis y fecha. Hay que ser bien claro en que: el niño o joven no se tiene que echar a la boca nada que no le haya sido recetado.

La doctora enfatiza en que se debe ensayar con el niño o joven cómo contestarl­e a una persona —no importa quién sea— que le ofrezca este o cualquier tipo de droga. Ante la incomodida­d que puede causarle, por ejemplo, que lo describan como cobarde por rechazar la droga, la experta en salud mental fue contundent­e. “El miedo es la señal de que estás en peligro. Si una persona te ofrece una droga y se burla de ti, dile: Pues sí, soy bien cobarde. Si quererse morir es ser cobarde, dale, dime cobarde, prefiero ser un cobarde a morir”. Así de claro.

Esta conversaci­ón no puede pasar de hoy, pero tampoco puede ser la única vez, la frecuencia es vital

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico