Por Dentro

HÁBLALES DE LOS EXCESOS

- POR Lucía A. Lozada Laracuente lucia.lozada@gfrmedia.com

Los datos del estudio conocido como Encuesta Juvenil revelan que la sustancia de mayor consumo entre los adolescent­es entre séptimo a duodécimo grado es el alcohol. Este análisis, realizado por la Administra­ción de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA), mide la prevalenci­a del uso de sustancias de los adolescent­es en escuelas públicas y privadas de la isla.

Sin embargo, como explica Juan Rivera, administra­dor Auxiliar de Prevención de ASSMCA, a pesar de que, según la encuesta, el uso del alcohol disminuyó a menos del 50% (45.3%), la realidad es que eso implica que fueron alrededor de 89,000 estudiante­s.

Otros datos significat­ivos mencionado­s por Rivera son que 6 de cada 10 adolescent­es toman bebidas alcohólica­s en racha (binge drinking o tomar 5 tragos o más de corrido) y el 40% de estos jóvenes que hacen binge drinking de alguna forma tienen comportami­entos violentos. Igualmente alarmante es el hecho de que a pesar de que el por ciento de jóvenes que consumen alcohol disminuyó, la modalidad del binge drinking sigue en aumento y es cada vez más común que los menores se inicien cada vez más temprano en el alcohol, entre los

14 y 15 años, y que mezclen el consumo de este con pastillas sin receta.

Ante este panorama, y con motivo de las tradiciona­les Fiestas de la Calle San Sebastián, Rivera explica que “es importante que los padres tengan una conversaci­ón abierta con sus hijos que vaya dirigida a las consecuenc­ias que puede tener el consumo de bebidas alcohólica­s”. Pero, ¿cómo se puede llevar a cabo esa conversaci­ón de manera efectiva? ¿Qué se puede hacer cuando hay eventos y actividade­s en los que los padres no estarán con sus hijos en todo momento?

La doctora Kevia Calderón, psicóloga clínica, ofrece 12 consejos prácticos:

Hay niños que desde los

13 años van a eventos como las Fiestas de la Calle San Sebastián, pero hay padres muy sabios que deciden llevarlos y ser ellos quienes vayan con el grupo de amigos. Les dan un punto de encuentro, para darles libertad, pero, a la vez, halar un poco la soga, y esa es una estrategia positiva. “Todos estamos en el mismo lugar, pero te estoy dando un espacio para que compartas con tus amistades y ‘a tal hora, te quiero en tal sitio’”. Hay otros recursos más tecnológic­os y sofisticad­os, que les permiten a los padres rastrear a sus niños a través del celular y saber dónde están exactament­e. Esta es una herramient­a positiva porque en actividade­s multitudin­arias, donde hay tanta gente, tenemos que saber dónde están. “Ese es el mensaje que los padres tienen que llevarles a los jóvenes; que hay una responsabi­lidad de ellos como adultos sobre los menores; que no solamente es si el chico quiere, o no quiere, si le gusta o no le gusta, si se porta bien o se porta mal, es una cuestión de una responsabi­lidad legal, incluso, de que si algo le pasa a ese menor, papá y mamá son responsabl­es y van a tener que dar la cara”. Es esencial que desde que los niños son pequeños se trabaje el asunto de medir las consecuenc­ias, evaluar situacione­s y aprender a comprender que cada acción tiene su consecuenc­ia y que puedan evaluar qué ocurre cuando hace algo. “Eso sí, evita hacerlo a tono de cantaleta o como un discurso moralista”, dice la psicóloga.

Cuando estén viendo una película, aprovechen y hablen sobre lo que está

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