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ocurriendo y cuáles serían las acciones prudentes o las consecuencias de las acciones que están observando. A veces, los ejemplos reales son más poderosos que las palabras, porque ellos pueden ver imágenes de las consecuencias y de cómo actuar correctamente.
Antes de ir a la actividad, sería ideal hacer un plan familiar en el que hablen sobre ir al evento, pero con un adulto responsable, y a qué hora y en qué lugar se van a encontrar. Este tipo de plan es importante porque no les estamos inhibiendo la posibilidad de ir, pero tampoco estamos dejando que sean ellos los que determinen qué van a hacer y cómo lo van a hacer.
Los jóvenes no piensan sobre qué cosas o acciones les van a hacer daño, pero los adultos deben orientarles sin juzgarles, penalizarles ni perseguirles, para que vean los efectos del alcohol en sus cerebros. Se les puede decir: “Tú estás en una etapa donde estás aprendiendo y te estás desarrollando y el uso del alcohol tiene un efecto en ti, que no lo vas a ver ahora ni inmediatamente, pero que está ahí”.
“Los padres tienen que ser ejemplo y eso es poderoso: ‘yo te pido que hagas unas cosas, pero yo también las hago’. Eso es fundamental”. Buscar algunos documentales o vídeos educativos acerca de las sustancias y sus efectos ayudaría muchísimo. Por ejemplo, los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, en inglés) y otras instituciones que trabajan a nivel mundial en términos de la prevención y la orientación son un buen recurso porque a veces utilizan a adolescentes hablándoles a adolescentes y ellos puedan verse identificados con sus historias.
Cuando los padres son muy honestos y les dicen a sus hijos: ‘yo pasé por esto y tuve esta experiencia’ y no se ponen en la posición del que lo sabe todo o del que es perfecto, son más efectivos porque les hablan desde sus experiencias y de que fueron jóvenes y pueden entender por lo que están pasando. Háblales con información veraz. No exageres. Los padres tienen que educarse sobre estos temas antes de hablar con los
y hay diferentes recursos. Pueden buscar las páginas oficiales de entidades como los NIH. También tienen disponible la Línea PAS de ASSMCA, en el 1-800-981-0023, y la página en Facebook Yo Soy Control, también de ASSMCA, en la que pueden encontrar consejos sobre cómo abordar el tema de la prevención en el uso del alcohol con sus hijos.
Si aún no te sientes seguro sobre cómo abordar el tema, busca orientación. Asistir a un psicólogo o consejero es una herramienta útil y no significa que se va a iniciar un proceso psicoterapéutico, es simplemente una consultoría y los especialistas en salud mental te ayudarán a tomar decisiones informadas.