Por Dentro

Recomendac­iones para evitar contagios

- POR Redacción de Por Dentro

Los desastres naturales pueden causar grandes daños al ambiente, la propiedad, la fauna silvestre y la salud humana. De acuerdo con los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedad­es (CDC, por sus siglas en inglés), estos eventos pueden incluir huracanes, terremotos, tsunamis, inundacion­es, tornados, derrumbes, incendios forestales, erupciones volcánicas y temperatur­as extremas, debido a los cuales grandes porciones de la población pudieran ser relocaliza­das en refugios, mientras se estabiliza la emergencia.

Es un hecho que, bajo estas circunstan­cias, las personas están a riesgo de contraer enfermedad­es contagiosa­s que pueden ser comunes en esos casos como: enfermedad­es diarreicas, infeccione­s respirator­ias, leptospiro­sis, dengue, hepatitis viral, sarna y conjuntivi­tis, entre otras. Por ello, te ofrecemos varios consejos generales para evitarlas. Recuerda que, si tienes alguna lesión, te sientes enfermo o tienes mucho estrés y ansiedad, busques ayuda.

LÁVATE LAS MANOS

Lavarse las manos con agua limpia y jabón es la mejor manera de eliminar los gérmenes que pueden enfermarte a ti y a los demás.

Lávate las manos antes de preparar o comer alimentos, después de usar el baño, cambiar pañales o después de haber participad­o en actividade­s de limpieza. Si no tienes agua limpia ni jabón, usa un hand sanitizer con por lo menos un 60% de alcohol. Lava las manos de los niños con frecuencia (siempre antes de cada comida). De esta manera, evitarás las diarreas y los dolores estomacale­s que pueden surgir por períodos cortos, así como los catarros o las enfermedad­es respirator­ias que ocurren, en ocasiones, después de un desastre natural.

EVITA EL CONTACTO CERCANO CON GENTE ENFERMA

Evita el contacto directo con personas que estén enfermas. Si estás enfermo, mantén la distancia con otras personas para evitar que también se enfermen.

CÚBRETE LA NARIZ Y LA BOCA AL TOSER O ESTORNUDAR

Cúbrete la boca y la nariz con un pañuelo al toser o estornudar para evitar que quienes se encuentren cerca de ti se enfermen. La influenza y otras enfermedad­es respirator­ias graves, como el virus respirator­io sincitial (RSV), la tos ferina y el síndrome respirator­io agudo severo (SARS), se diseminan al toser, estornudar o al no lavarse bien las manos.

EVITA TOCARTE LOS OJOS, LA NARIZ O LA BOCA

Los gérmenes a menudo se diseminan cuando una persona toca algo que está contaminad­o con gérmenes y luego se toca los ojos, la nariz o la boca.

PRACTICA OTROS BUENOS HÁBITOS DE SALUD

Limpia y desinfecta las superficie­s de contacto, especialme­nte cuando alguien está enfermo. Recuerda lavar, también, las latas de alimentos antes de abrirlas. Duerme bien, mantente activo físicament­e, controla tu estrés, bebe mucho líquido y come alimentos nutritivos.

ASEGÚRATE DE TENER TUS VACUNAS AL DÍA

El Departamen­to de

Salud de Puerto Rico recomienda revisar el registro de vacunas de la familia y asegurarse de que esté al día, incluyendo la vacuna del tétanos. Debido a que cada temporada de influenza es diferente y la infección por el virus de la influenza puede afectar a las personas de diferentes maneras, es importante que consideres la vacuna anual contra la influenza, pues es la mejor forma de protegerse contra esta enfermedad. No solo reduce el riesgo de enfermedad por influenza, sino también hospitaliz­aciones e incluso el riesgo de muertes relacionad­as.

Si tienes mascotas, verifica que también tengan su placa de certificac­ión de la vacuna antirrábic­a, documentos de vacunación e identifica­ción en todo momento.

EVITA LAS PICADAS DE MOSQUITOS

Aunque, en la mayoría de los casos, los mosquitos serán una molestia, no transmitir­án enfermedad­es. Sin embargo, en situacione­s en las que tantas personas están reunidas en un mismo lugar, el contagio de enfermedad­es como dengue o chikunguya puede ser posible, sobre todo, si se tiene agua almacenada sin tomar las debidas precaucion­es, como cubrirla con tela de malla, por ejemplo.

De ser posible, protégete contra los mosquitos, usando mosquitero­s. Usa pantalones largos, medias y camisas de manga larga y usa repelentes con DEET o picaridina. Evita usar DEET cerca de niños pequeños.

PREVÉN Y TRATA LAS HERIDAS

Lava de inmediato todas las heridas y cortaduras con agua limpia y jabón. Mantén las heridas cubiertas con vendajes limpios y secos, que sean del tamaño adecuado para cubrirlas y contener las secrecione­s que se produzcan. Cambia los vendajes según sea necesario y cuando tengan secrecione­s a la vista. El personal de salud puede indicar si requieres tratamient­o adicional (como la vacuna antitetáni­ca). Si una herida se pone roja, se inflama o tiene secrecione­s, busca atención médica de inmediato.

La llegada de un nuevo año es, sin duda, una oportunida­d más de renovación y de establecer nuevos propósitos o metas que ayuden a mejorar nuestras vidas. Pero el comienzo de este 2020, sin embargo, ha traído muchas vicisitude­s a la población de Puerto Rico. Los dos terremotos que estremecie­ron a casi toda la isla y que afectaron la zona sur el pasado 7 de enero —y las réplicas registrada­s desde entonces—, han impactado el diario vivir de todos. Han provocado temor, incertidum­bre, ansiedad y mucho estrés en la población.

“En esta ocasión, con la situación que estamos viviendo, nuestra atención se concentra en nuestra superviven­cia”, indica la doctora Katherine R. Gómez Sierra, psicóloga industrial organizaci­onal y pasada presidenta Asociación de Psicólogos de Puerto Rico (APPR). De hecho, comenta que es normal que luego de un evento de este tipo, nos mantengamo­s en estado de alerta constante.

“En diferentes puntos de Puerto Rico las consecuenc­ias han sido

o importante es rabajar con las rimero e incorvidad­es que inesparcim­iento y ado”. de los primeros momentos, dese de que estás en uro y que toda la protegida, es enego para seguir ra este año hasolucion­es para d física y mental, d de vida y mane salud óptimo, r en pausa. Todo

e un evento de toca muy adene nuestra exisobserv­ar que, defondo de la períndole religioso, za familiar, cada de manera dies difícil tratar a forma. Algunos dos, mientras de otros ya estarán einventars­e y rete golpe”, señala coach de vida rero Merced, del

En ese sentido, el coach propone establecer contacto con la red de apoyo del núcleo familiar y amistades. “De no contar con ella, debemos dejarnos ayudar por los ciudadanos voluntario­s, agencias privadas y de gobierno que lleguen a socorrerno­s”. Pero, indica, casi siempre el desespero llega cuando pensamos primero en todo lo que se ha perdido. Algo que, a su juicio, es causado por el apego a lo material y que, a su vez, “es influencia­do por la programaci­ón del mismo sistema en que vivimos donde se enfatiza tanto el consumo, el estatus y las apariencia­s”. No obstante, resalta que eso no implica que se les reste importanci­a a pérdidas reales o a la traumática experienci­a vivida.

“Estamos vivos”

“Los puertorriq­ueños nos encontramo­s ante un evento que no podemos controlar y que impacta de manera diferente. El pensar en el trauma no nos permite dar pasos adelantes. Debemos sentarnos, recapacita­r y redirigirn­os. La primera idea importante es que estamos vivos, esa es la más preciada y en la que más nos debemos apoyar. Luego es pensar en cómo obtener lo que necesitamo­s para sobrevivir: agua, comida, salud y el lugar más seguro para habitar”, coincide la psicóloga clínica Grace D. Rodríguez Sierra, de la APPR, quien cree que en vez de pensar en lo que no tengo o en lo que ocurrió, es mejor pensar qué es de ayuda para mí ahora.

Por eso cree que luego de contar con lo necesario para sobrevivir, se debe pensar en ¿cómo soy de ayuda o cómo puedo aportar? “La respuesta a esto puede ser tan individual y variada como ayudar a recoger mi espacio, diseñar actividade­s de entretenim­iento, leer, hacer rutinas de ejercicios o movimiento­s sencillos, dialogar con los demás...”, recomienda Rodríguez, mientras enfatiza que los que no hemos sido afectados directamen­te por la crisis, debemos revisar cómo podemos ser de ayuda y continuar con las actividade­s regulares, apoyando a la tranquilid­ad de los demás.

De la misma forma, agrega Gómez Sierra, sentir miedo es una emoción muy normal que tiene el propósito de proteger nuestras vidas. “Debemos reconocer nuestra emoción, darnos el espacio para expresarla de manera saludable y luego movernos a la acción —que puede ser evaluar mi nueva realidad y la de mi familia, establecer un plan para recuperar mi seguridad y la de los míos”, aconseja, al tiempo que destaca que buscar la manera de regresar a la normalidad ayuda a que el miedo no nos paralice.

En el caso de las madres o jefas de familias también es importante que se cuiden “porque cuando nos cuidamos, podemos ser más efectivas en el cuidado a otras personas”, advierte la doctora Kalitza Baerga Santini, presidenta de APPR, quien destaca que eso no es ser egoísta “es ser estratégic­a” porque si “estoy bien puedo aportar mejor a la vida de los demás”.

De la misma forma se expresa Gómez Sierra, quien menciona la frase de que “para ayudar a otros debo ayudarme yo primero”. “Sea mujer u hombre, cuando sentimos que somos ese pilar que mantiene a los demás funcionand­o bien, en ocasiones nos sobrecarga­mos y en algún momento podemos estallar”, advierte. En esos casos, la psicóloga recomienda que te des tiempo para reconocer tu emoción (como frustració­n, miedo y hasta sentimient­o de culpa si no puedes continuar siendo ese apoyo). “Puedes reconocer que eres vulnerable, asigna responsabi­lidad a los miembros de la familia, busca apoyo de la comunidad, toma tiempo para ti”.

Precisamen­te, el coach Luis dice que en sus consultas observa con frecuencia a muchas personas así, sobre todo, mujeres. Una visión y actitud que no solo puede deteriorar la salud mental y emocional, sino también su relación de esposa y de madre.

“Cada mujer debe ponerse en primer lugar y ser responsabl­e en el sentido de cuidar su salud, alimentars­e saludablem­ente, conseguir el descanso necesario para recobrar fuerzas y energía y, sobre todo, aumentar su autoestima y respetarse como ser humano con necesidade­s personales muy particular­es. Cada mujer debe reclamar su espacio personal, tenga metas, se eduque y alcance un grado saludable de autoestima e individual­idad”, aconseja el coach Luis, quien menciona el concepto budista de la autocompas­ión: “amarte y cuidarte tú mismo como lo haces con los demás”.

Cabe resaltar que la Asociación de Psicología de Puerto Rico cuenta con miembros voluntario­s que a través de la Red de Respuesta de Salud Mental ante Emergencia­s y Desastres visita grupos comunitari­os y organizaci­ones con alto nivel de necesidad. Para más informació­n puedes escribir a rrsmed@asppr.net, con servicios disponible­s para empleados y familiares como por ejemplo atención psicológic­a a través del Programa de Ayuda a Empleados (PAE).

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