VENCE LA FRUSTRACIÓN
Aprender un nuevo idioma, lograr una certificación, tomar a distancia aquellos cursos que siempre desearon, visitar museos de manera virtual, crear un nuevo estilo de organización del hogar, ser más consistente en el hábito de cuidado de la piel, bajar de peso y crear una rutina de ejercicios que transformara el cuerpo eran solo algunas de las metas que muchas personas se trazaron al comienzo de la cuarentena.
Por un lado, se establecía un distanciamiento social que les dejaba suficiente tiempo libre para hacer aquello que siempre quisieron y que las cargadas agendas no les permitían. Mientras que, por el otro, los ofrecimientos por redes sociales se desbordaron y su publicidad era tan llamativa que más de uno se dejó seducir por la posibilidad de aprovechar el tiempo. Pero han pasado cuatro meses, y muchos de esos objetivos trazados quedaron inconclusos, lo que ha provocado frustración entre personas que entienden que tuvieron el tiempo en sus manos y lo perdieron.
Según Waldemar Serrano Burgos, NeuroBusiness Coach Certificado, esta situación de frustración por las metas no logradas durante el periodo de distanciamiento social surge porque, desde un principio, muchos buscaban ocupar su tiempo libre sin establecer metas claras.
“Sin embargo, hubo gente que se organizó para lograr sus metas. Esos fueron los que pudieron organizarse efectivamente. Esto lo que quiere decir es que, no importa si hay pandemia o no, hay que tener una meta clara”, añade Serrano Burgos.
Por su parte, el psicólogo Gilvic Carmona afirma que muchas personas se pusieron una expectativa alta con un tiempo limitado y eso es lo que probablemente “está causando ese estado de desasosiego”. Si este es tu caso, el experto destaca que lo primero que debes hacer es
No permitas que las metas no cumplidas durante el confinamiento te quiten la posibilidad de alcanzar lo que tanto anhelas
reconocer que siempre puedes aprender de los errores.
“Nada malo pasa si yo reconozco que en la vida me voy a encontrar con promesas y cosas que quiero lograr, y conforme pasa el tiempo me doy cuenta que no era lo que necesitaba”, añade el psicólogo.
Ambos profesionales concurren en que todavía es posible lograr esas metas trazadas. Tal vez sea fuera del periodo que te impusiste inicialmente pero puedes hacerlo, y de paso, aprender la lección de que existe la posibilidad de cambiar de dirección o de bajar la velocidad de la marcha. Carmona explica que puede ser el momento adecuado para que comiences a tomar esas ideas impuestas de cómo deben ser las cosas y las transformes en una nueva actitud en la que no te tortures por no lograr algo.
“Puedo hacer una nueva ruta de viaje en la que yo comprenda que las expectativas pueden cambiar, que en el proceso tengo que distinguir y aprender a tomar en cuenta que la frustración es buena porque me permite ver cuándo acierto y cuándo me equivoco. Pero tengo que evaluar en qué punto de la vida me encuentro en este momento. Ahora, el COVID-19 nos plantea la fragilidad de la vida y que las cosas no están dadas. Cuando superemos el CO
VID-19 la norma se va a reescribir y esos mitos que he ido arrastrando tengo que dejarlos en libertad”, añade el psicólogo.
¿Me mantengo o cambio de dirección?
Luego de evaluar la razón por la que no pudiste alcanzar lo que te propusiste, puedes empezar a cuestionarte si quitarte o seguir intentándolo. La respuesta la tienes solamente tú, pero esa decisión no es algo que debes tomar a la ligera. Lo recomendable es analizar si tienes el tiempo y permanece el deseo de lograr esa meta impuesta con anterioridad.
“Lo primero que debemos hacer es
revisar esas metas que hemos tenido, ver si podemos retocarlas o cambiarlas”, sugiere Carmona, quien además afirma que muchas veces las expectativas nacen de un pensamiento errado y de una idea que no se ajusta a la realidad.
Un paso importante para seguir hacia adelante sin que la frustración te bloquee es ser capaz de identificar tu proceso de pensamiento y cómo te acerca o te aleja de una meta.
“Es necesario entender que siempre tengo la opción de hacer un cambio sobre la marcha y eso no significa fracaso, significa que la expectativa no es compatible con lo que siento, lo que pienso y cómo actúo. Ahora mismo tenemos que aprender a reinventarnos. Si no puedo hacer lo que hacía, tengo que aprender a reinventarte para seguir hacia adelante con mi vida”, establece el psicólogo.
El camino para lograr la meta
Si tomaste la decisión de seguir luchando para alcanzar lo que te propusiste hace unos meses, es momento de organizarte y enfocarte.
“Es importante tener una meta clara. Debes hacerte la pregunta de qué es lo que quieres lograr y qué te impide hacerlo. Ahora que estás volviendo otra vez al trabajo, tienes que ver cómo ajustas el itinerario porque eres tú quien debes determinar cómo vas a utilizar tu tiempo”, destaca Serrano Burgos.
También es fundamental que no te autocastigues por lo que no pasó o no se dio. El coach añade que debes dejar el miedo fuera de esta nueva oportunidad que te estás dando para lograr tu objetivo.
“Muchas de las personas cuando quieren hacer algo y no lo logran, se autocastigan. Deciden no volver a intentarlo porque tienen miedo a no hacerlo bien y volver a sentirse frustradas. Sin entender que, si no lo hacen, le dan poder al autosabotaje. La frustración no es más que una decisión y la búsqueda de la fórmula que funcione debe ser muy individual”, enfatiza Serrano Burgos.
El coach además menciona la necesidad de internalizar que lo que estás haciendo es para tu beneficio, por lo que debes esforzarte por sacar el tiempo necesario.
Eso conlleva establecer desde el principio cuánto tiempo vas a sacar diario para ti y para lograr tus metas. Para que sea consciente y se pueda materializar, el experto recomienda que lo anotes en tu calendario con un recordatorio.
“Quien único determina lo que vas a hacer y cómo empleas tu tiempo eres tú. El peor error de la gente es que no tienen el tiempo porque se lo dan a los demás de manera voluntaria. Sacar tiempo es trascendental cuando estamos hablando de lograr tus metas, porque las metas se logran poco a poco. Significa que tienes que establecer unas reglas y unos límites con la gente que te rodea diciéndole que vas a estar para ellos, pero que necesitas espacio para dedicarle tiempo a lo que para ti es necesario en ese momento. Así también educas a quienes te rodean de lo importante que es sacar tiempo para ellos”, concluye Serrano Burgos.
tuvieran peor desenlace y murieran más frecuentemente que los que tenían contajes normales.
Como les prometí, ahora les presentaré mi explicación para estos hallazgos sorprendentes. El denominador común de estos tres artículos que he resumido es que a los pacientes con cáncer no les va mal cuando se contagian con COVID-19, de hecho, parece que les va hasta mejor en la mayoría de los casos. La quimioterapia no agrava el problema, sino que ayuda, mientras que la inmunoterapia parece agravar la situación. ¿Por qué? Sabemos que el tratamiento con cortisona es favorable para los pacientes con COVID, si se les administra correctamente y en el momento adecuado porque es un tratamiento inmunosupresor que combate la inflamación. La quimioterapia también causa inmunosupresión. La inmunoterapia causa inmunoestimulación. Nada más con el testigo. Caso cerrado.
Pero antes de cerrar, debo comentar que todos tenemos que ayudar para que el nivel del lago Carraízo no baje más. Alguien sugirió que recomendara en mi columna una idea para combatir el problema: no bañarnos mientras dure la sequía. Nadie detectará el tufo y si lo detecta, es porque no están siguiendo las instrucciones de la gobernadora: seis pies de distanciamiento social. Además, la anosmia o falta de olfato causada por el COVID nos ayudará también.
Está a la venta el segundo libro del Dr. Cabanillas: “Consejos de Cabecera 2. Prevenir y Tratar: Alimentos y vitaminas contra el cáncer”. Lo consigue en Auxilio Centro de Cáncer, en la Farmacia del Auxilio Mutuo y en las principales librerías. Los ingresos son donados al programa “Adopta un paciente”, destinado a ayudar a aquellos enfermos que no cuentan con suficientes fondos para los deducibles médicos.