A la vanguardia quirúrgica cardiovascular
“Uno tiene que ir a dónde están las oportunidades, no a dónde están las elites y en mi caso están aquí en Bayamón”, dice de manera clara y contundente el cirujano cardiovascular Javier Castillo, oriundo de España y quien hace unos tres meses llegó a Puerto Rico para imponer su sello en lo que es el Hispanic Valve Center, como parte del Bayamón Heart & Lung Institute
Al partir de su país para ser entrenado en Estados Unidos por los mejores en el campo de la cardiología, luego de ser reclutado en instituciones de prestigio como la Clínica Mayo y más reciente en The Mount Sinai Hospital en Nueva York, encontró en Puerto Rico la oportunidad de liderar un proyecto de gran impacto y envergadura, lo que será la primera unidad de subespecialización de la enfermedad valvular, que además ofrecerá la reconstrucción valvular compleja e incluirá las últimas tecnologías.
“Para mí es un reto, luego de estar con los mejores especialistas a nivel mundial y las mejores maquinarias. Sin embargo, esa tradición que tienen estas instituciones, a la vez que es su fortaleza también es su debilidad. Su debilidad conlleva que tienen una jerarquía establecida y una burocracia que hay que seguir. Uno está sometido al cómo, dónde y cuándo, y no se puede salir de esas guías. Uno no deja una institución como esa a no ser que tenga un proyecto inusual que dirigir, algo importante, a no ser que se entienda bien por qué la dejas y en mi caso estaba claro. Estoy encantado de poder estar aquí”, señala Castillo a la vez que destaca el poder aportar los conocimientos aprendidos de sus mentores, Valentín Fuster y David Adams, destacados en la cardiología y la cirugía cardiovascular en Estados Unidos.
Si bien el galeno destaca que los cirujanos cardiovasculares tienden a ser conservadores debido a la gran responsabilidad que tienen en sus manos y luego que aprenden una técnica que es la que ponen en práctica toda la vida, también trae a la atención que en la medicina se tiene que seguir innovando.
“No le puedes decir a Messi que cambie su regate o a Tiger Woods que cambie su swing porque lo llevan haciendo durante años. Pero, en el terreno de la medicina no es lo mismo, las cosas cambian, evolucionan, progresan y obviamente una de nuestras particularidades, nuestro sello de identidad es que vamos a ser muy dinámicos. Vamos a movernos con lo último que hay en Estados Unidos y lo vamos a tener aquí”, explica Castillo.
Reconstrucción de válvulas
En esa línea, informa que el Hispanic Valve Center atenderá todos los problemas cardiovasculares que tienen los puertorriqueños, que irá de la mano con la educación al dar énfasis en que no solo se trata de problemas de hipertensión, enfermedades coronarias, niveles altos del colesterol o ataques cardiacos, que son los que comúnmente las personas conocen. Especifica que el corazón tiene unas enfermedades que son también muy frecuentes, como las enfermedades de las válvulas.
“Los pacientes dicen, ‘doctor, me estoy asfixiando más porque me estoy haciendo mayor’,’ ya no tengo la misma energía de antes como cuando acababa de comer’, o ‘ya no puedo subir las escaleras como hacía antes o no puedo ir a hacer compras’. No necesariamente es por la edad ni tiene nada que ver con lo que uno come, sino que tiene relación con los problemas valvulares, genéticos, enfermedades reumáticas y demás”, informa quien con su corta experiencia profesional se convirtió en uno de los cirujanos con más pacientes en Manhattan, donde tuvo una especial relación con la comunidad hispana.
Normalmente, cuando una válvula se gasta o tiene un problema de enfermedades reumáticas o congénito, se reemplazan las válvulas con una prótesis artificial. Pero, agrega que la evidencia es cada vez más clara, y se ha visto que cuando la reparación o reconstrucción de esa válvula es posible, el paciente sufre menos complicaciones y vive mucho más. Esta tecnología y este tipo de procedimiento no se encuentra en todos sitios, puntualiza
Castillo, por lo que ahora surge la oportunidad de que los puertorriqueños sean atendidos en su propio país.
“Por lo que he visto, en Puerto Rico hay dos tipos de pacientes, el que busca lo último en la tecnología y se puede permitir ir a otro estado a ser atendido y el que por no tener los medios económicos no pude hacerlo. Pero ahora, este tipo de tecnología, procedimiento y técnica quirúrgica se lo vamos a brindar a todos los pacientes, para el que no se lo pueda permitir, lo tenga aquí en Puerto Rico y para el que se lo pueda permitir, pueda quedarse. Para mí, es un honor que un paciente ponga su vida en mis manos y que lo haga en nuestro centro en Puerto Rico, cerca de los suyos, donde pueda obtener la ayuda que necesite y cerca de su hogar”, manifiesta el cirujano subespecialista.