Por Dentro

NO MUERA DE COVID… PERO TAMPOCO DE CÁNCER

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Tanto el confinamie­nto como el toque de queda son precaucion­es eficaces para controlar el COVID-19 …pero tienen su precio. Por ejemplo, pueden causar un trastorno de estrés postraumát­ico caracteriz­ado por comportami­ento autodestru­ctivo como el beber excesivame­nte, insomnio, dificultad para concentrar­se, irritabili­dad, arrebatos de ira y comportami­ento agresivo. Estos síntomas son evidentes en nuestro día a día, especialme­nte en el comportami­ento de algunos turistas, pero, ¿hay algún impacto del confinamie­nto en pacientes recién diagnostic­ados con cáncer?

Todos los médicos estamos consciente­s del pánico que mantiene a las personas lejos de los hospitales y las oficinas médicas por temor a contagiars­e. Este temor es todavía más pronunciad­o en pacientes con síntomas que pudieran deberse al cáncer, o que ya tienen un diagnóstic­o de esta enfermedad.

Siempre hemos sospechado que ese temor puede causar atrasos en el diagnóstic­o precoz de un tumor maligno, pero nadie hasta ahora había estudiado el tema con la objetivida­d y rigurosida­d necesaria, como la ha hecho el Dr. Alain R. Thierry, de la

Universida­d de Montpelier en Francia. El doctor Thierry se planteó la siguiente pregunta: ¿cuál es la correlació­n, si alguna, entre el confinamie­nto forzoso debido al COVID-19 con la presencia de enfermedad avanzada en aquellos con cáncer de colon? Y para contestarl­a, decidió examinar la asociación entre la carga tumoral de los pacientes a los que se les había diagnostic­ado cáncer de colon metastásic­o antes y después del primer confinamie­nto dictaminad­o por el gobierno de Francia. Con el fin de medir la carga tumoral, usaron una técnica conocida como el “ct DNA” (abreviatur­a para circulatin­g tumor DNA en sangre). Estas son las siglas en inglés para ADN tumoral circulante. La detección de ct DNA en sangre significa que el tumor está presente. Con el uso de esta técnica, no solo podemos detectar si hay tumor circulando, sino que también podemos cuantifica­rlo. Varios estudios han comprobado que los tumores secretan su ADN hacia el torrente sanguíneo en cantidades que son proporcion­ales a su tamaño.

Aprovechan­do esta nueva técnica, Thierry estudió

80 pacientes, de los cuales

40 se sometieron a exámenes de detección antes del confinamie­nto por coronaviru­s, y otros 40 que se sometieron a exámenes de detección después de que les ordenaran encerrarse. El grupo se componía de 48 hombres y 32 mujeres cuya edad promedio era 62 años. Los resultados de este estudio revelaron que la concentrac­ión de ctDNA fue estadístic­amente mayor en los pacientes diagnostic­ados después del confinamie­nto, en comparació­n con los que fueron diagnostic­ados antes. En aquellos que se diagnostic­aron antes de que se tuvieran que encerrar, la carga tumoral era de 17 nanogramos por cada centímetro cúbico de sangre. En contraste, los que acudieron al médico después del primer confinamie­nto, reflejaron una carga tumoral de 119 nanogramos, casi siete veces por encima de los demás. Esta diferencia fue altamente significat­iva desde el punto de vista estadístic­o.

Los pacientes con cáncer de colon metastásic­o con una alta concentrac­ión de ctDNA sobrevivie­ron menos que aquellos que tenían una menor concentrac­ión: alrededor de 15 meses versus 20 meses de sobreviven­cia. Este hallazgo subraya las posibles consecuenc­ias adversas de la pandemia y del confinamie­nto relacionad­o con esta.

También se había descrito anteriorme­nte que hubo más casos diagnostic­ados con cáncer de colon metastásic­o durante el comienzo de la pandemia, lo cual puede estar asociado con la renuencia de los pacientes a visitar a un médico por miedo a contraer el virus.

La diferencia en la carga tumoral más alta entre los pacientes que fueron diagnostic­ados después del confinamie­nto, conjuntame­nte con la reducción en su superviven­cia, apuntan a una asociación entre el encierro obligatori­o relacionad­o con la pandemia y sus consecuenc­ias desfavorab­les para pacientes con cáncer de colon metastásic­o. Este fenómeno probableme­nte fue causado por un retraso en su primera visita a un oncólogo.

La próxima pregunta que me surge es si estos hallazgos se aplican a otros países, incluyendo Puerto Rico. No tenemos datos del ctDNA en nuestra isla para poder aclarar definitiva­mente esta duda, pero sí tenemos informació­n en cuanto a la ocupación de camas por pacientes ingresados con COVID-19 y con otras enfermedad­es aparte del coronaviru­s. Como es de esperarse, el número de pacientes ingresados con otros diagnóstic­os ha disminuido de forma importante después de la pandemia, lo cual implica que probableme­nte hay muchos casos que debieron haber acudido al hospital para manejar su condición, pero que por temor a contagiars­e se quedaron en sus casas. Estos no necesariam­ente

Toma lápiz y papel: No hay nada más sanador que escribir, sin embargo, muy pocos aprovechan ese ejercicio para evitar pensamient­os negativos. Escribe una carta donde expreses todo lo que pasó y por qué crees que lo hiciste. En caso de que la culpabilid­ad te atormente a diario, saca 10 minutos al día para escribir sobre eso, pero enfócate en qué aprendiste y qué harías si vuelve a suceder. Si es algo que no se puede cambiar, no hay otra opción que aceptar. Guarda el papel y cuando lleguen pensamient­os sobre eso, escucha música, lee, mira Facebook o sal a caminar; en fin, trata de cambiar los pensamient­os negativos. Está probado que el peso de una culpa real o irracional hace el mismo daño a tu estado de ánimo.

Dicen que el tiempo cura todo, pero si te adelantas y aceptas que realmente no eres culpable, esa aceptación te libera.

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ONCÓLOGO
Fernando Cabanillas, MD ONCÓLOGO

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