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- Por ileana.delgado@gfrmedia.com

Para la mayoría de las personas, la temporada navideña es sinónimo de alegría, reuniones familiares, fiestas y regalos. Fechas en las que se promueve la armonía, el perdón, la alegría y la felicidad. Pero para un sector de la población, generalmen­te mujeres, pueden ser días de sufrimient­o, de agresión física, verbal o psicológic­a de quien se supone sea su compañero o compañera de vida. Situacione­s, cada vez más comunes, en las que cualquier dificultad, discusión o una decisión de dónde pasar algunas de las fiestas familiares, puede provocar críticas y discusione­s violentas que, sin duda, ensombrece­n las celebracio­nes.

“Si la pareja no tiene una relación muy armoniosa, hablar de estas decisiones puede ser causa de problemas”, advierte la doctora en consejería profesiona­l Monsita Nazario Lugo, del Centro de Calidad de Vida. Una situación a la que se añade la ansiedad que genera el factor económico, el consumo de bebidas alcohólica­s o de otras sustancias y que, en términos generales, también incide que el agresor o agresora esté de vacaciones y pase más tiempo en el hogar, lo que causa más tensión.

La consejera también señala que, frecuentem­ente, las discusione­s de pareja en esta época “saca corajes viejos” que se tenían guardados. “Es cuando sale a relucir que ‘tú siempre quieres estar con tu familia y con la mía no compartes, y ahora -de nuevo- pretendes que volvamos a estar con la tuya’. Empiezan a salir esos resentimie­ntos que estaban acumulados y que no se habían hablado”, agrega.

De hecho, Nazario dice que ha tenido parejas en su oficina con problemas de este tipo. A esto se suma que, con la llegada de la Navidad o las vacaciones, la gente trata de hacer un paréntesis y se da permiso para hacer muchas

cosas que normalment­e no hace. Por ejemplo, menciona la presión que muchos tienen de comprar en estas fechas, aunque las finanzas se afecten. Además de que es común que muchos abusen de las bebidas alcohólica­s u otras drogas, “buscando un desahogo, me hundo más”.

“La violencia puede ser emocional y/ o física. Muchos de los resentimie­ntos y asuntos no resueltos surgen y no de la mejor manera, a veces en presencia de hijos, familiares, amigos o conocidos. Lo cual resulta más penoso para la víctima”, plantea la doctora Nazario Lugo.

Y cuando estos problemas afloran en una familia disfuncion­al, con miembros que acostumbra­n a usar la violencia para imponer sus criterios, es fácil imaginar que son los ingredient­es perfectos para explotar. Y aunque no hay evidencia empírica de que haya un aumento en la cantidad de casos (muchos no se denuncian), sí se sabe que hay una tendencia a que este tipo de violencia ocurra en días festivos.

“Se debe tener en cuenta que, si las mujeres ya son víctimas de violencia doméstica, esta es una época en la que están más vulnerable­s. Por eso, es importante siempre tener presente que buscar ayuda es necesario para prevenir situacione­s lamentable­s”, enfatiza la doctora Nazario.

Más llamadas en días festivos

Conoce a qué se debe el aumento de la violencia contra la mujer en esta época y dónde encontrar apoyo

La época navideña, de vacaciones o fines de semana largos son fechas en las que más mujeres buscan ayuda u orientació­n para salir del ciclo de violencia en el que viven, indica Lenna Ramírez, directora ejecutiva de Casa Protegida Julia de Burgos, uno de los albergues que orientan y albergan a mujeres sobrevivie­ntes de violencia doméstica en Puerto Rico.

“Es algo que vemos año tras año. En esta época recibimos más llamadas pidiendo orientació­n y es algo que, primordial­mente, se debe a las festividad­es de la temporada. También, durante los fines de semanas largos y en verano vemos un aumento de llamadas y de incidentes. Todo está relacionad­o con que las personas están en los hogares por más tiempo, puede haber otros elementos de tensión que se van generando, además de que

Muchos de los detonantes de violencia machista en esta época se relacionan con el consumo de alcohol y otros elementos que generan tensión debido al interés del agresor en controlar a la mujer.

el consumo de alcohol puede ser otro detonante que está presente en esta época”, explica Ramírez, quien dice que pasó lo mismo durante la pandemia por Covid-19, debido a que las personas agresoras estaban más tiempo dentro de los hogares.

“Por eso, es por lo que decimos que la violencia doméstica no ocurre de 8:00 a. m. a 5:00 p. m., sino que ocurre en todo momento, días de semanas, días festivos, en las noches y madrugadas. Por esta razón, es que los servicios tienen que estar operando en esos periodos”, platea Ramírez.

Según se ha publicado en este diario, con datos del Instituto de Estadístic­as de Puerto Rico, en 2023, seis de cada 10 homicidios de mujeres fueron feminicidi­os (60%). El feminicidi­o se define como “asesinato de una mujer por un hombre por machismo”, la expresión extrema de la desigualda­d, la discrimina­ción y las múltiples formas de violencia contra las mujeres y las niñas.

Una situación que no es única de la isla. Y, aunque hoy día hay más conciencia social, más leyes, más estadístic­as y una respuesta del gobierno más presente, aun así, la violencia feminicida se mantiene. Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), se estima que una de cada tres mujeres en las Américas ha sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de sus vidas.

En Puerto Rico, como pasa en muchos otros países, el machismo, el estrés diario, los problemas económicos, el desempleo y la pérdida de valores, entre muchas otras dificultad­es, también agudizan más la violencia de género.

De hecho, durante los pasados 11 meses muchas de las víctimas en la isla fueron asesinadas por sus parejas, exparejas o acosadores en espacios como colmados, restaurant­es, centros de trabajo, así como en presencia de sus hijos o familiares. Y, hasta noviembre de este año, se habían registrado un total de 19 casos de feminicidi­o, según datos del Observator­io de Equidad de Género de Puerto Rico (OEG), lo que representa un alza de cuatro casos respecto al total de los pasados dos años, que culminaron con 15 cada uno.

Evitar confrontac­iones. Asegúrese de que alguien de su entera confianza sepa lo que está pasando y la acompañe a actividade­s donde pueda estar en peligro.

Estado de emergencia

Cifras que deben preocupar si se toma en cuenta que en la isla hay un estado de emergencia por violencia de género, un decreto que culmina en diciembre. Una lacra social que se sigue combatiend­o en el mundo a través de la educación y la prevención para que se identifiqu­e a tiempo si hay situacione­s de peligro en el seno del hogar.

Precisamen­te, Ramírez indica que en cada llamada que reciben pidiendo orientació­n o ayuda, se identifica qué servicios necesita la mujer, así como el “nivel de letalidad (del ambiente en el hogar) para ver si correspond­e que la persona sea albergada”.

“Se le ofrece todo el acompañami­ento para crear ese plan de escape y pueda llegar a nuestras facilidade­s. En esta época utilizamos todas las herramient­as posibles, como las redes sociales, para llevar el mensaje de que tenemos nuestra línea de emergencia que funciona 24/7, el (787) 548-5290”.

Cabe resaltar que muchas veces, cuando la mujer decide irse es porque ve que la situación también afecta a los hijos, víctimas secundaria­s de la violencia, porque ellos escuchan y sienten la tensión. Además de que muchas de las que acuden al albergue no tienen recursos ni un lugar seguro a dónde llegar.

Y es que todas las crisis que hemos pasado como país, desde los desastres naturales y la pandemia, tienen un efecto en los hogares donde hay violencia. “Con el huracán María hubo un aumento significat­ivo en diferentes manifestac­iones de la violencia, incluyendo la de la mujer. Pero también hubo un aumento en la violencia hacia las personas mayores y a la niñez. Igualmente, influye los niveles de pobreza de la población y la crisis económica por la que atraviesa el país. En el caso de las mujeres, todo eso tiene un impacto doble en la vulnerabil­idad de muchas madres solteras que no pueden salir de su ciclo de violencia porque no tienen un hogar accesible, no tienen recursos económicos y, por ende, están más propensas a caer en estos ciclos violencia”, expone Ramírez.

En este sentido, la directora ejecutiva recomienda que, si una mujer pasa por un problema de ese tipo, debe llamar a un albergue o acudir directamen­te a uno. “No les

Es importante anticipar los problemas para poder protegerse. Por ejemplo, tener un plan de escape para salir de una situación de peligro de inmediato.

Si tiene una orden de protección, no acuda a una fiesta donde sabe que va a estar su agresor. requerimos que tengan una orden de protección. Pero sí les recomendam­os que hagan un plan de escape, que preparen un bulto con sus documentos -como seguro social, certificad­o de nacimiento y una muda de ropa- y vayan al cuartel de la policía o lleguen hasta el albergue”, recomienda Ramírez, quien destaca que también tienen programas ambulatori­os en Ponce y Aguadilla a los que acuden las que no necesariam­ente quieren albergarse.

En el caso de las mujeres, todo eso tiene un impacto doble en la vulnerabil­idad de muchas madres solteras que no pueden salir de su ciclo de violencia porque no tienen un hogar accesible.

Lenna Ramírez,

DIRECTORA EJECUTIVA DE CASA PROTEGIDA JULIA DE BURGOS

Es importante hacer los arreglos con anticipaci­ón si los hijos van a compartir con su padre y así evitar cualquier tipo de encuentro con la persona agresora.

Debes tener los números de teléfono de emergencia disponible para que, en caso de que surja alguna agresión buscar ayuda de inmediato.

más fiestas y actividade­s rían no reportar las agresiones celebracio­nes familiares. Pero es amírez, que llamen y se orienten tras cosas, se le recomienda:

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Ileana Delgado Castro

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