MUY FELIZ A LOS 9 3 EN SU DEBUT COMO ESCRITORA
Su fascinación con el pasado la condujo a escribir el libro “Josefa, Marquesa del Pumar”
Impulsada por su actitud de “siempre estar en acción”, a sus 93 años, doña María Luisa Caballero Franco está estrenando una nueva faceta en su vida: escritora.
Y ese deseo de vivir con intensidad el presente llama aún más la atención al conocer que el libro de Caballero Franco es producto, paradójicamente, de su fascinación con el pasado y la historia de su familia.
Doña Magua, como se le conoce a esta dinámica pepiniana, publicó recientemente “Josefa, Marquesa del Pumar”, que coescribió con su hija Conchita Franco Serri, con quien reside en California.
Tras una rigurosa investigación genealógica que incluyó escudriñar numerosos folios de fuentes primarias y documentos de archivos históricos, el tomo desentierra hasta 200 años de misterios y peripecias de sus ancestros en España, Venezuela y Puerto Rico.
Durante su visita a la Isla para presentar formalmente el volumen, Caballero Franco compartió con este medio su fórmula para mantener su dinamismo y claridad.
Contó que su madre siempre la aconsejó a no “perder la cabeza” ante las dificultades que inevitable-
mente salpican la vida y asumirlas con entereza.
“En mi familia, cualquier problema que hay, nos reímos. ¿Te fijas? Nos reímos, pero lo resolvemos”, explicó sobre la actitud que, según aclaró, no es un llamado a enajenarse de la realidad, sino a ponerla en su justa perspectiva.
“Si el problema tiene solución, ¿Por qué apurarse? Y si no tiene solución, ¿por qué apurarse?”, resumió.
A las generaciones que se levantan en medio de un panorama socioeconómico incierto, su invitación es a “nunca entregar las armas”.
“Un consejo es que también siempre busquen qué hacer. La vida es lucha y todo hay que conseguirlo trabajando. Es la única manera”, puntualizó.
A la vez, recomendó matizar esa lucha fijándose al máximo en que nunca
falta “lo bonito, lo positivo de la vida”.
Ahí destaca a su Puerto Rico, en especial su querido San Sebastián del Pepino y el Viejo San Juan.
“¡San Juan está precioso! No hay un sitio igual”, expresó alegremente sobre su sitio favorito en la tierra que la vio nacer y a donde viaja anualmente.
“Viajo sola, cambiando de avión y todo eso”, reveló con una sonrisa de orgullo la novel autora, quien está enfrascada ahora en la tarea de redactar sus memorias.
Su agilidad mental la atribuye al hábito de mantenerse “al tanto de lo que sucede en el mundo”, viendo noticias, leyendo y escribiendo.
¿Y su energía física? A toda una vida de nutrición balanceada y cuidado básicos: “A mí me encanta el arroz y la habichuela. No me pueden faltar”, subrayó.
Su plato se equilibra con porciones moderadas de carnes, así como vegetales.
“Nunca he tomado licor ni fumado”, agregó.
Siempre hace espacio para darse gustitos, como unas buenas papas fritas, “pero eso es de vez en cuando”, aclaró sonriente.
La pepiniana compartió el pasado sábado su experiencia investigativa que culminó con la publicación de su novela con miembros de la Sociedad Puertorriqueña de Genealogía que se congregaron en la Escuela de Leyes de la Universidad Interamericana en Hato Rey.
En días previos fue una de las invitadas especiales en la Conferencia Anual de la Sociedad de Estudios Latinoamericanos (LASA), que se llevó a cabo en el Centro de Convenciones, en Miramar.