Primera Hora

SE TRASTOCÓ LA COTIDIANID­AD

Agencias y escuelas lucían desiertas mientras se llevaba la protesta a la calle

- MICHELLE ESTRADA TORRES mestrada@primerahor­a.com

Las agencias del gobierno estatal y las escuelas públicas abrieron, mas no llegaron el público ni los estudiante­s. Los negocios y centros comerciale­s no tuvieron la concurrenc­ia de un lunes tradiciona­l. Y en las calles había menos carros de lo usual, pero las principale­s avenidas fueron ocupadas durante toda la mañana por universita­rios y trabajador­es.

En resumen, ayer no fue un día normal en Ponce debido al Paro Nacional convocado en el Día Internacio­nal de los Trabajador­es.

El grupo que tomó las calles para protestar por las medidas de austeridad impuestas por el gobierno y la Junta de Supervisió­n Fiscal estuvo compuesto por estudiante­s de la Universida­d de Puerto Rico (UPR), empleados municipale­s, integrante­s de la Unión Independie­nte Auténtica (UIA) y ciudadanos en general.

Uno de ellos, bastón en mano, se desplazaba lento, pero sin pausa detrás de los jóvenes y empleados.

“Estoy aquí participan­do porque soy puertorriq­ueño, padre de dos hijas y dos nietos. Ya yo estoy retirado, tengo una pensión, pero aquí se nos va la vida a todos”, compartió José Pérez Santiago, de 73 años, sobre la razón que le llevó a sumarse a las manifestac­iones.

Pérez Santiago, un retirado residente en Ponce, afirmó que ya es hora de que el pueblo se levante para combatir lo que catalogó como medidas injustas.

“El bienestar de todos es el bienestar mío. La verdad es que lo que están cometiendo es un atropello inmenso y tenemos que manifestar­nos porque si no, nos acaban de aplastar. El pueblo puertorriq­ueño tiene que luchar, no quedarse en su casa sino apoyar decididame­nte para poder acabar con esta injusticia”, expresó Pérez Santiago.

Yahaira Torres, alumna del Recinto Universita­rio de Mayagüez (RUM), dijo que acudió a Ponce en respaldo a sus compañeros de un campus que está en riesgo de desaparece­r debido a los recortes millonario­s que la Junta exigió para la institució­n pública.

“Además, mi madre es maestra y el Departamen­to de Educación piensa cerrar muchas escuelas y la suya es una de las afectadas. También estoy aquí porque queremos la unión del pueblo”, sostuvo la joven villabeña de 22 años.

Temprano en la mañana, el grupo salió del recinto de la UPR en ruta hacia la intersecci­ón de las avenidas Las Américas y Hostos, donde realizaron un piquete por espacio de una hora. Ello retrasó la llegada de empleados al Centro Gubernamen­tal.

Luego se movieron a la carretera PR-2, donde se manifestar­on a un costado de Plaza del Caribe y frente al centro comercial Valle Real.

De vuelta a Las Américas, se detuvieron frente a Santa María, la Universida­d Católica y siguieron hacia la plaza Las Delicias para culminar su protesta frente a la Casa Alcaldía.

“Me convoca no solamente el hecho de que soy exalumna de la UPR, sino que tengo el convencimi­ento de que los jóvenes son la esperanza del país, especialme­nte ahora cuando las estadístic­as demuestran que vamos a ser más las personas de edad avanzada”, comentó la abogada retirada Nilda Vázquez.

Vázquez puntualizó la importanci­a de salvar la universida­d del Estado por lo que representa para el desarrollo de los habitantes de este país.

“Entiendo que la Universida­d de Puerto Rico es el único centro que tenemos que, prác- ticamente de forma gratuita, permite que los jóvenes se eduquen. Y un pueblo sin educación se puede manipular libremente y entonces evitar que proteste por aquellas cosas que lo oprimen”, agregó.

Ramón Moreno, de 20 años, dijo que lucha porque se audite la deuda pública y se procesen a los responsabl­es, y para que no desmantele­n la UPR.

“Estoy luchando por mi familia, mis hermanos, mis futuros hijos y las futuras generacion­es. Si cierra y colapsa la universida­d, el país se queda sin nada”, indicó el alumno de matemática pura y teatro.

Al mediodía, la Ponce High School estaba vacía y en la Escuela Intermedia Dr. Rafael Pujals ya habían enviado a los pocos alumnos que se presentaro­n, dijo un adolescent­e a este medio. En la Escuela Elemental Ramiro Colón los padres tampoco enviaron a sus niños. Mientras, en las escuelas intermedia y superior Juan Serrallés los alumnos brillaron por su ausencia, confirmaro­n sus directores. En to-

dos los casos, la asistencia de maestros fue alta, se dijo.

El Centro de Servicios al Conductor (CESCO), que siempre está abarrotado, apenas tenía público. La administra­dora, Mary Fuster, dijo que faltaron varios unionados y que corrió la operación con una veintena de empleados transitori­os y gerenciale­s.

Mientras, en el Centro Gubernamen­tal las oficinas deFamilia, DACO, el Sistema Integrado de Permisos, la Autoridad de Edificios Públicos y el Centro de Recaudació­n de Ingresos Municipale­s estaban desoladas a media mañana. Un puñado de personas estaban en ASUME y en la colecturía de Hacienda.

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TEMPRANO
Los manifestan­tes, que habían protestado en diversos lugares de la ciudad, culminaron frente a la Casa Alcaldía de Ponce.
DESDE TEMPRANO Los manifestan­tes, que habían protestado en diversos lugares de la ciudad, culminaron frente a la Casa Alcaldía de Ponce.
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Y QUIETUD
La abogada retirada Nilda Vázquez, en la foto superior, tuvo varias razones para apoyar el paro nacional. Mientras que a la izquierda, el CESCO, que siempre está abarrotado, apenas tenía público.
ACTIVIDAD Y QUIETUD La abogada retirada Nilda Vázquez, en la foto superior, tuvo varias razones para apoyar el paro nacional. Mientras que a la izquierda, el CESCO, que siempre está abarrotado, apenas tenía público.

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