INICIA SEGUNDO JUICIO A EXSENADOR PNP

Hoy desfilarán los testigos de cargo por los delitos de soborno y conspiración

Como un mal déjà vu, el exsenador Héctor Martínez y el empresario Juan Bravo reiniciaron todo lo vivido en el 2011, cuando enfrentaron el primer juicio por soborno y conspiración en el tribunal federal en San Juan.

En este segundo juicio, ayer se eligió el jurado, esta vez integrado por siete hombres y cinco mujeres, además de cuatro suplentes, dos y dos.

En su turno de argumentación inicial, el fiscal federal Peter Koski, de la División de Integridad Pública del Departamento de Justicia en Washington, D.C., catalogó a Martínez como un “senador corrupto” y a Bravo, entonces presidente de la compañía Ranger America, como un “empresario ambicioso” que al cabildear por dos proyectos de ley, lo que buscaba era perjudicar a sus competidores y crear un mo- en la industria de seguridad pública.

Según Koski, en el 2005, apenas un día después del viaje de Martínez y Bravo en primera clase con mejores asientos que los de George Foreman para ver la pelea de boxeo entre Tito Trinidad y Ronald “Winky” Wright, y tras haberse quedado en hoteles lujosos de Las Vegas y Miami, el proyecto de ley fue a votación.

“Eso es un crimen. Eso es soborno”, afirmó Koski.

Reid Weingarten, abogado de Bravo, dijo que su cliente no necesitaba más dinero, que los boletos eran para amigos que luego no pudieron ir al viaje y que no existe evidencia de que él pidiera algo a cambio de todo lo que pagó, que es el elenopolio

mento principal para que se concluya que hubo soborno.

Weingarten recordó que el exsenador convicto, Jorge de Castro Font, también fue al viaje, pero se ha probado que mintió en múltiples ocasiones y de su testimonio no se podía

creer “ni una sola palabra”.

Abbe Lowell, abogado de Martínez, destacó que su cliente nunca le dio trato preferencial a Bravo y que lo único que buscaba era atender las preocupaciones de la gente en torno a la seguridad pública.