Primera Hora

“NOS CAMBIÓ LA VIDA EN UN SEGUNDO”

Familia de joven con retraso mental reclama $2.5 millones a Walmart por agresión sexual perpetrada por uno de sus empleados en supermerca­do de Luquillo

- BÁRBARA J. FIGUEROA ROSA bfigueroa@primerahor­a.com

La vida de María Quiñones Ortiz dio un cambio radical hace año y medio cuando tuvo que enfrentar una de las peores pesadillas que pudiera tener una madre: se presume que su hija mayor -una joven de 28 años de edad pero, con cociente intelectua­l de una niña de nueve, debido a una condición de retardo mental severo-, fue atacada sexualment­e en un baño de un supermerca­do por un empleado del mismo establecim­iento.

“Esto nos cambió la vida en un segundo… a veces quisiera pensar que es sólo una pesadilla”, relató la progenitor­a a Primera Hora sobre los hechos ocurridos a la mayor de sus dos hijas el 16 de noviembre de 2015 en el Supermerca­do Amigo de Luquillo. Ese día, la víctima estaba acompañada de unas amigas de su mamá.

“Ya nadie es igual en la familia. Mi mamá, su papá y su hermana están igual”, agregó quien busca “justicia” para su niña a través de una demanda de $2.5 millones por daños y perjuicios contra Walmart Puerto Rico, Inc. y el empleado del supermerca­do identifica­do como Luis Leo Ramírez, quien también enfrenta un pleito criminal.

“No hay dinero que le devuelva la paz a mi nena, pero el supermerca­do debe responder por su negligenci­a”, dice María sobre el reclamo civil en el que se solicita $1 millón para la víctima, $500 mil para su mamá, $400 mil para su abuela materna , $300 mil para su padre y la misma cantidad para su hermana.

Parte de la prueba que se recopiló para el procedimie­nto criminal -y que pudiera ser utilizada en la demanda civilinclu­ye un vídeo obtenido de las cámaras de seguridad del supermerca­do, en donde se ve el momento en el que la jovencita entra al lugar y llega hasta la parte de atrás del establecim­iento.

Leo Ramírez, de 42 años, parece seguirla y en un momento dado se le acerca a la muchacha. Posteriorm­ente, la joven entra al baño y detrás va su agresor. Fue entonces cuando, se alega, que se suscitó el contacto sexual.

“En ese momento Leo Ramírez acechó a (nombre de la víctima que no divulgamos para proteger su identidad) y cuando ésta entró al baño de las mujeres la empujó dentro del cubículo del inodoro de personas con impediment­os físicos, cerró la puerta del cubículo con seguro y la violó sexualment­e”, detalla el documento legal que fue radicado el pasado 20 de abril en el Tribunal de Fajardo por el licenciado José Andréu Fuentes del bufete Andreu & Sagardía.

La narración continúa explicando la escena en la que, se sostiene, que el agresor le puso la mano en la boca a la jovencita y la amenazó diciéndole que no podía contarle a nadie lo ocurrido.

Al parecer, según explica María a Primera Hora, en ese momento el celular de su hija sonó. Eran sus compañeras de trabajo preguntánd­ole dónde estaba porque ya habían culminado la compra y la estaban esperando en la salida del establecim­iento.

Según cuenta la progenitor­a, “la nena” -como le dice de cariñono se atrevió decirles nada. Además, estaba bien asustada porque había “mucha sangre en el piso del baño”. Su ropa también estaba ensangrent­ada, asegura.

“Así, llena de sangre, ella caminó por las góndolas del supermerca­do, hasta llegar a la salida. ¿Cómo es posible que ningún empleado la viera o la socorriera? ¿Cómo es posible que algún supervisor no echara de menos a ese empleado mientras hacía eso?”, cuestiona María notablemen­te afectada y poniendo en entredicho la seguridad del establecim­iento que, a su entender, “fue negligente con la seguridad que se le debe dar a los clientes”.

Al salir del negocio, las amigas de María le preguntaro­n a la joven qué le había sucedido, pero ésta no pudo explicarle­s. En un momento dado, las mujeres pensaron que podía tratarse de un accidente por la llegada de la “menstruaci­ón”, pero María descartó enseguida esa teoría. Sabía que algo le sucedía a su hija.

Así que decidió ir a su casa para cambiarle la ropa a la muchacha y proceder a llevarla al hospital. Durante esas gestiones, la mamá de María (abuela de la joven) conversa con su nieta y es cuando ésta relata lo ocurrido.

“Yo no lo podía creer, realmente, estaba en shock…”, expresa María, quien procedió a ir inmediatam­ente al cuartel de la policía en Luquillo para denunciar lo ocurrido.

Allí, los agentes le indicaron que debían llevar a la joven al Hospital HIMA San Pablo, de Fajardo, donde se le realizaron pruebas físicas que confirmaro­n que había sido víctima de una brutal agresión que le causó “una abrasión de tres centímetro­s” en sus genitales y provocó un “sangrado profuso”.

Otras pruebas físicas realizadas a través del Instituto de Ciencias Forenses (ICF) reconfirma­ron el abuso.

Luego, el análisis forense serológico que el ICF le practicó a los residuos de semen obtenidos del cuerpo y la ropa de la muchacha resultaron positivos al ADN de Leo Ramírez, quien durante la investigac­ión criminal aceptó la comisión de los hechos a la Policía de Puerto Rico.

La víctima fue referida al Centro Médico, de Río Piedras, para recibir durante varias semanas un tratamient­o antirretro­viral profilácti­co. Esta medida cautelar se hace para evitar infeccione­s a la víctima.

“Esos medicament­os le cayeron súpermal. Le causaban mucho dolor de estómago”, destaca María sobre el tratamient­o que mantuvo acostada a su hija más de un mes.

El calvario de esta joven con incapacida­d cognitiva, continúa latente e, incluso, ha retrasado los logros que su mamá había obtenido a fines de que poco a poco adquiriera una vida independie­nte.

“Ella ya no es la misma. Casi no duerme, siempre está triste, nerviosa, no quiere salir, ni

Así, llena de sangre, ella caminó por las góndolas del supermerca­do, hasta llegar a la salida. ¿Cómo es posible que ningún empleado la viera o la socorriera? ¿Cómo es posible que algún supervisor no echara de menos a ese empleado mientras hacía eso?”

comer… incluso, hay veces que hasta tengo que vestirla”, dijo frustrada María quien junto a su hija recibe tratamient­o psicológic­o para tratar de subsanar la ansiedad y depresión que sufre tras lo ocurrido.

En la demanda civil se responsabi­liza a Walmart por alegadamen­te no tener un plan o sistema de seguridad adecuado para evitar el incidente ni haber ejercido adecuadame­nte la supervisió­n de su empleado.

“Walmart fue negligente directamen­te al no proveer la seguridad y vigilancia adecuada para sus clientes y visitantes en el Supermerca­do Amigo de Luquillo lo que ocasionó que (nombre de la víctima) fuera violada sexualment­e por uno de sus propios empleados en el baño de las mujeres del supermerca­do”, se expresa en la demanda.

Se declara culpable

De otra parte, el pasado lunes Leo Ramírez se declaró culpable de un delito de agresión agravada, en su modalidad de lesión mutilante, enfrentand­o la posibilida­d de una pena en cárcel de 15 años.

Inicialmen­te, al hombre se le habían radicado cargos de agresión sexual pero, tras un preacuerdo entre el fiscal Omar Barroso y la abogada Nélida Negrón, se reclasific­ó por un delito con menos pena en prisión.

Aún cuando el Ministerio Público alega tener “prueba sólida” contra el acusado, se prefirió negociar con la defensa para “proteger a la víctima”.

“No hay ninguna duda de que aquí ocurrió una agresión y que se trató de un acto que la víctima no podía consentir debido a su capacidad mental”, expresó el fiscal.

Agregó que el texto de la acusación se quedó igual, aun cuando el delito imputado cambió.

“Y esto fue una decisión concertada con la mamá de la víctima y con la perito del Estado, la sicóloga Frances Seda, quien entendía que someter a la muchacha a la rigurosida­d de un juicio e interrogat­orio sería perjudicia­l. Se quiere evitar que sufra un mayor daño emocional al que ha padecido hasta el momento”, agregó Barroso.

De hecho, la madre de la joven confirmó las expresione­s del fiscal e insistió que “ponerla a testificar iba a hacerle más daño”.

La vista de sentencia quedó pautada para el 16 de junio en la sala de la jueza Gema González, en el Tribunal de Fajardo.

MARÍA QUIÑONES MADRE DE VÍCTIMA

Mutis de Walmart

Primera Hora solicitó una reacción a los portavoces de Walmart, sin embargo, Iván Báez, director de Asuntos Corporativ­os , expresó que la política de la empresa es “no hacer comentario­s sobre este tipo de denuncias públicamen­te pues, son asuntos que se resuelven en corte”.

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VIDAS TRASTOCADA­S María Quiñones Ortiz reconoce que el dinero no le devolverá la paz a su hija y a su familia, pero exige que el establecim­iento pague “por su negligenci­a”.
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EL AGRESOR. Luis Leo Ramírez se declaró culpable de un cargo de agresión agravada y podría enfrentar una pena en cárcel de 15 años.
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