UNA REUNIÓN CON POCA UNIÓN
“
No hay duda de que esta será la cumbre del G7 más difícil en años.
Nuestro papel es hacer todo lo posible por mantener la unidad del G7 en todos los frentes”
DONALD TUSK PRESIDENTE DE CONSEJO
DE LA UNIÓN EUROPEA,
TAORMINA, ITALIA. En Oriente Medio, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibido con honores mientras los líderes de Arabia Saudí e Israel parecían competir entre ellos para superar al otro en la calidez de su acogida y en la importancia de sus promesas de cooperación.
Pero en Europa, Trump se encontró con una recepción más fría y se mostró ansioso por pasar al ataque. Encajonado en temas como el cambio climático y el pacto de defensa de la OTAN, respondió recriminando a algunos de los aliados más firmes de Washington que no pagan una cuota justa por su defensa. Además se negó a respaldar de forma explícita la cláusula de defensa mutua, que la alianza activó solo en una ocasión, tras los atentados del 11-S.
Trump afronta ahora la última etapa de su primera gira internacional como presidente, un agotador maratón de nueve días con cinco paradas. El republicano pasará todavía dos días en suelo europeo, esta vez en un pintoresco pueblo costero de la isla italiana de Sicilia, donde participa en una cumbre del G7.
Una vez más, la cautela podría recibir a un presidente que basó su campaña a la Casa Blanca en el lema “Estados Unidos primero”, con indicios de que Washington podría desmantelar sus pactos internacionales, y que ahora está inmerso en dos días de reuniones de alto perfil con los líderes de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá.