¿Dónde estuvo el amor a la Iupi?
De manera paulatina fue mermando mi fe en el discurso de la lucha estudiantil durante la huelga en la Universidad de Puerto Rico (UPR).
Las acciones y conducta de quienes la lideraban en los portones dejaban ver un rostro estudiantil que no era el mío.
Esos “estudiantes”, más allá de robarme la ilusión de asistir por el mérito que implica lograr junto a los profesores y otros cientos de compañeros vivir mi ceremonia de graduación, se han llevado mi tiempo futuro, han atrasado y dificultado mi siguiente etapa… poder trabajar por y para Puerto Rico.
Cuando se abrieron los portones todo Puerto Rico pudo ver que se “desencapuchó” la verdad.
La comunidad universitaria y toda la Isla, a través de los medios de comunicación, pudo ver el perjuicio y la destrucción en múltiples áreas del campus ríopredense de la UPR, como si aquellos que lo perpetraron de vándalos se tratase.
Sus declaraciones con portones cerrados hablaban de defender la Universidad, de proteger y hacer respetar nuestro recinto.
Luego de la huelga quedó constatado que “estos estudiantes” cerraron los portones para conseguir los reclamos a cuesta de la retención forzosa y secuestro del campus.
A simple vista está que no fue con el objetivo de cuidarlo; más bien lo violaron y abusaron del recinto.
Se evidencia la violencia y abuso de poder que nuestra Alma Mater ha sufrido por aquellas personas que infringieron, no tan solo sus normas, sino el privilegio mismo de ser sus estudiantes.
Es indignante cómo no respetaron nuestra sede, mintiéndonos, a sus compañeros, a exalumnos, a docentes y todo aquel que quiere lo mejor para la UPR en Río Piedras.
¿Quiénes son? ¿De verdad son estudiantes? ¿Hay alguien más implicado? ¿Por qué se refleja tanta violencia?
Los daños que se hacen a la Universidad y los vandalismos que se realizaron no es quererla, no es protegerla, es despreciar lo tuyo y a Puerto Rico.
Confío en que nuestra presidenta del Consejo General de Estudiantes, Wilmarí De Jesús, y su directiva demuestren que son líderes genuinos y luchen por los valores que han defendido.
Espero que ahora dirijan y trabajen junto a los “estudiantes” -que hicieron todos los vandalismos y daños- en la restauración, a través de limpieza y embellecimiento del campus de la iupi y lo regresen al estado en el que se encontraba, o mejor.
Además, ella y/o sucesor/a debe aceptar que futuras votaciones de esta relevancia, se realicen a través de un método individual secreto, en los propios espacios públicos del recinto, en la que se incluya y proteja la integridad moral y física de toda la diversidad del estudiantado.
Afortunadamente, en su matrícula y exalumnos existe una extensa mayoría de personas cívicas, responsables, éticas, aptas para el diálogo y la negociación que buscan realzar y proteger la institución universitaria, la UPR, ya que sienten el orgullo de pertenecer o el honor de haber pertenecido a ella.
“Es indignante cómo no respetaron nuestra sede, mintiéndonos, a sus compañeros, a exalumnos, a docentes y todo aquel que quiere lo mejor para la UPR en Río Piedras”