BORICUA CUENTA SU ODISEA EN CAROLINA DEL SUR
Richy Rodríguez es uno de los 150 trabajadores engañados por una oferta laboral, pero decidió intentarlo una vez más
Su plan era sencillo.
Aprovecharía la oportunidad de ir a trabajar a Carolina del Sur por seis meses, juntaría suficiente dinero para establecer un negocio, “quizás de comida, o algo así” y regresaría a Puerto Rico con su familia.
La realidad, sin embargo, fue otra.
Richy Rodríguez, de 26 años y natural de Naguabo, fue uno de los 150 boricuas que fueron reclutados en la Isla bajo falsos pretextos de trabajo en Estados Unidos y terminaron en la calle.
Según relató a este diario, el padre de dos niñas -de 6 y 10 años- se enteró por un amigo de la oferta de empleo sobre una empacadora de frutas y vegetales que, además de pagarles por su labor, les daría alojamiento y transporte en Carolina del Sur. La reclutadora Joint Alliance Staffing era la encargada en Puerto Rico de buscar a los empleados.
“Yo había acabado de llegar de Carolina del Norte a Puerto Rico. Estuve dos meses (en la Isla) y decidí irme de nuevo por un tiempito con esa gente”, indicó el joven, quien había laborado en una empacadora de pollos.
Llenó la solicitud por Internet, aunque le había estado raro que para hacerlo lo primero que le pidieron fue el número de Seguro Social y una identificación.
“Enlasituaciónquemeencontraba, dije: ‘me voy a tener que arriesgar’”, contó Rodríguez, quien estaba desempleado.
Le enviaron el pasaje con el que supuestamente viajaría a Orlando, Florida y después a Carolina del Sur. El 27 de mayo se fue.
En el aeropuerto, una reclutadora, de quien no recuerda su nombre, le entregó un papel que debía firmar en el que le establecía que estaba en deuda con la compañía de reclutamiento y que debía devolver el dinero del pasaje aéreo.
Al llegar a Orlando, “la cosa se siguió poniendo rara”. En lugar de volar a Carolina del Sur, lo recogieron en una guagua para llevarlo al otro estado.
Ya en el hotel, les explicaron que debían pagar también el alojamiento, a diferencia de lo que le habían indicado cuando fueron reclutados. El alquiler mensual del cuarto -que contaba con una cama- era de $1,700 entre tres roomates.
“El día que comenzó el caos, fue cuando cobraron los que llevaban una semana antes que yo”, recordó. Allí vieron que cobraron mucho menos de lo que les habían prometido. Para colmo, el hotel en donde se estaban quedando los desalojó a todos.
“No pagaron el hotel. El hotel nos sacó a todos. (La compañía reclutadora) nos quitó la renta y no la pagaron. Deben $46 mil en el hotel que yo estaba”, explicó.
Rodríguez indicó que la fábrica como tal, Country Fresh, negoció con ellos para ayudarlos luego de conocer lo que había pasado.
La empresa rompió relación con Joint Alliance Staffing y les ofreció contrato a los que quisieran quedarse a trabajar por los seis meses que les habían prometido.
Rodríguez aceptó la nueva oferta de empleo aunque esperará a cobrar la primera nómina para saber cuánto ganará y si se quedará los seis meses.
“Mi propósito era, como inventarme un negocito de comida o algo así, para no tener que irme (de la Isla). Yo sé que la situación en Puerto Rico está difícil. Pero dejar la familia no es fácil, uno sufre. La pequeña cumple 6 años ahora en julio y la grande cumple 10 en septiembre. No es fácil estar lejos y verse así de no poderle dar algo bueno a tus hijos”, lamentó.
“En la situación que me encontraba, dije: ‘me voy a tener que arriesgar’”
RICHY RODRÍGUEZ NAGUABO