ALZA EN EMBARGO HIPOTECARIO
La pérdida de la casa es el enemigo silencioso de la familia
Elvis Guzmán abrió la carta, vio que estaba en inglés y se la llevó a su abogado para traducirla. Este vendedor de metal reciclado, de 59 años, creyó que era otra carta del banco advirtiéndole del atraso en el pago de su hipoteca.
Pero la noticia que le dio el abogado lo sorprendió porque “me dijo que estaba perdiendo mi casa, y cuando él me dijo eso, yo estallé en llanto. Usted no se imagina la depresión que yo he tenido. Yo voy a pelear con uña y diente por mi casa”.
Una media de 14 familias pierden sus casas a diario por ejecución hipotecaria aquí, más del doble que hace 10 años, mientras la Isla enfrenta una crisis inmobiliaria peor que la que provocó la Gran Recesión en EE.UU.
Familias de todo el País se mudan con sus parientes, se quedan en la calle o simplemente huyen a territorio continental con sus registros de crédito destrozados, mientras el Gobierno lucha por reestructurar una parte de su deuda pública de $73,000 millones y por sacar a la economía de una recesión que dura ya una década.
“Es la crisis de la que no se habla”, señaló Ricardo Ramos, profesor en la Legal Assistance
Clinic de la Universidad de Puerto Rico (UPR).
En este territorio estadounidense de 3.4 millones de habitantes, los tribunales locales supervisaron la ejecución de 33,000 hipotecas entre 2009 y 2016, según estadísticas gubernamentales.
En el 2015, las entidades bancarias recuperaron un récord de 5,424 viviendas, un 130% más que hace casi una década, cuando el Gobierno empezó a recopilar estos datos.
Pero la cifra de ejecuciones hipotecarias real es mucho más alta porque las estadísticas oficiales no incluyen una estimación de 20,000 créditos en mora, o cerca de estarlo, que los bancos han vendido a compañías fuera de la Isla desde 2009, dijo Ramos. Estos casos se ven en el tribunal federal y nadie hace un seguimiento de ellos.
Guzmán pagaba $1,114 mensuales por la casa cuando cayeron los precios del cobre, el hierro y otros metales; su negocio se hundió y se declaró en bancarrota, y empezó a retrasarse en su hipoteca y luego se le negó un plan de pagos a pesar de insistir en que puede permitirse abonar $700 al mes.