LA ESCUELA ES UNA RESPONSABILIDAD DE LA COMUNIDAD
Para el activista y líder comunitario en Loíza, Carlos Fajardo, los residentes en las inmediaciones de los planteles escolares tienen que meter mano y acondicionarlos ahora en julio para que estén arregladas cuando el estudiantado llegue en agosto próximo.
La histórica crisis económica y fiscal por al cual atraviesa Puerto Rico nos ha forzado a reinventarnos como pueblo.
Los viejos modelos de gobernanza, en donde el Estado subvencionaba casi todas las campañas de limpieza y rehabilitación de obras públicas, acabaron.
Con una deuda de sobre $72,000 millones, el Gobierno no puede continuar financiando estas operaciones tan necesarias.
Ha llegado el tiempo de involucrarnos como comunidad. Existen muchos ejemplos de cómo nosotros, como pueblo viviente, podemos hacer mucho. Uno de estos es el acondicionamiento de las escuelas públicas.
Como saben, en poco más de un mes, miles de jóvenes regresarán a las aulas de clases, anunciado así el comienzo de un nuevo año académico.
Uno de los mayores problemas que confrontamos todos los años es la falta de mantenimiento en las escuelas durante los meses de verano.
Usualmente, el Gobierno espera hasta mediados de julio para iniciar las labores de limpieza y recogido de basura en las escuelas. Lamentablemente, por la logística de ese mes, que cuenta con varios días feriados casi corridos, se hace difícil realizar la labor a tiempo para cuando se abran las escuelas. Recordemos que estamos hablando de sobre 1,200 escuelas. No es tarea fácil.
Este año, instituciones como la Cámara de Representantes, ha comenzado un poco antes y ya vemos brigadas de trabajo laborando para acondicionar nuestros planteles. Es tiempo de que nos involucremos en esos esfuerzos.
La próxima semana, vecinos de la escuela elemental Emiliano Figueroa Torres, en el barrio Torrecilla Baja en Piñones, Loíza, nos vamos a reunir para limpiar las escuelas, recoger y recortar sus áreas verdes, pintar sus paredes exteriores y rehabilitar baños, fuentes de agua y demás facilidades utilizadas por estudiantes y maestros.
Tenemos que estar claros que la escuela es de la comunidad, pues sirve un propósito muy importante: la educación de los niños y niñas que liderarán a Puerto Rico en un futuro cercano. Es por eso que está en los mejores intereses de la comunidad mantenerla en óptimas condiciones.
También sabemos que muchos sectores de la Isla no cuentan con la capacidad para adquirir equipo o comprar pintura. Es aquí que la empresa privada tiene que dar un paso al frente. El sector privado tiene también un interés apremiante de que estas escuelas estén en buen estado.
En la década de 1990, la entonces primera dama de los Estados Unidos, Hillary Rodham Clinton, esbozó la frase: “se necesita una comunidad”, en relación a la necesidad de que la comunidad se involucre en los aspectos sociales.
Esa frase tiene mayor relevancia ahora en Puerto Rico. Necesitamos la comunidad para ayudar en el mantenimiento de las escuelas.
Este esfuerzo que la comunidad va a realizar, debe ser exportado a otras zonas de Puerto Rico.
El voluntariado, en todas sus expresiones, tiene que ser la pieza angular del mantenimiento social en estos tiempos de dificultad económica.
“Tenemos que estar claros que la escuela es de la comunidad, pues sirve un propósito muy importante: la educación de los niños y niñas que liderarán a Puerto Rico en un futuro cercano”