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Pasar en camión a EE.UU. se ha convertido en un popular negocio para contrabandistas
Cuando Thomas Homan, director interino del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos, despertó el domingo con la noticia del hallazgo de migrantes muertos en el remolque de un abarrotado camión en el exterior de un Walmart de San Antonio, su mente viajó a 2003, cuando estuvo en la parte trasera de otro que transportaba a 19 inmigrantes muertos a unas 120 millas al sureste de la ciudad.
“Es triste que 14 años después la gente siga entrando de forma ilegal en camiones”, dijo. “Sigue sin haber agua, sigue sin haber ventilación. Estas organizaciones criminales solo piensan en el dinero”.
Las inquietantes similitudes entre estas dos tragedias demuestran que los contrabandistas de perso- nas han encontrado un modelo de negocio duradero en el transporte de grandes grupos -a menudo camionesa través de una compleja red de guías a pie, operadores de casas de seguridad y conductores.
Un detalle sobre el macabro hallazgo del domingo, con 10 muertos y docenas de heridos en la caja del vehículo, da una pista del grado de sofisticación y del músculo organizativo de la trama: los pasajeros llevaban cintas de colores para repartirse en grupos más pequeños, y seis camionetas deportivas negras los esperaban en un punto de paso para llevarlos a su destino.
Los grandes camiones son un método popular en el tráfico de personas desde principios de la década de 1990, cuando aumentaron los controles de seguridad en San Diego y El Paso, Texas, que entonces eran las rutas más concurridas para entrar de forma ilegal al país. Antes de eso, la gente pagaba pequeñas cantidades de dinero a operadores de menor nivel para que los guiasen por una frontera en su mayoría desprotegida. A medida que los pasos se complicaron tras los ataques terroristas de 2001 en Nueva York y Washington, los migrantes fueron reconducidos a terrenos más peligrosos y pagaban miles de dólares más.
Guadalupe Correa Cabrera, politóloga en la Universidad de Texas, dijo que los migrantes que entrevistó el año pasado en el sur de Texas pagaron entre 2,000 y 3,000 dólares más por cruzar en tráileres abarrotados.
El aumento en el uso de camiones coincidió con el incremento del comercio con México bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Esto permitió a los contrabandistas integrar a los migrantes más fácilmente en su carga.
Sigue sin haber agua, sigue sin haber ventilación. Estas organizaciones criminales solo piensan en el dinero”
THOMAS HOMAN
DIRECTOR INTERINO DEL SERVICIO ADUANAS