A PULMÓN FUE, PERO HUBO GRADUACIÓN
Alumnos de la UPR en Río Piedras celebran colación de grados simbólica
A simple vista era una graduación universitaria como las cientos de colaciones de grado que ha celebrado el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico a lo largo de su historia.
Sin embargo, esta tenía todo distinto: una sensación de logro y de superación mayor, un sentimiento de unidad y un orgullo marcado de otra forma. Era simbólica, porque aún no están listas las certificaciones de grado oficial, pero es la única que ha sido organizada enteramente y a pulmón “por los estudiantes para los estudiantes”.
Según explicó Lorein Simmons, sub coordinadora de los actos denominados Gran Graduación 2017, desde el arte de la enorme pancarta que adornó la tarima, la comida, las esclavinas, las togas, todo se coordinó con suplidores a quienes los estudiantes se acercaron y que en un gesto de solidaridad redujeron sus precios y aportaron en la medida de sus posibilidades para que el evento fuera tan memorable como cualquier otro.
Luego de un duro año que incluyó una huelga de 70 días y un tarrajazo en el presupuesto de todo el sistema, fueron muchos los que pensaron que este día no llegaría.
“A mí me entristecía mucho cuando pensaba que esto no iba a poder ser. Yo luché mucho por llegar hasta aquí para ahora poder hacer mi maestría, así que esto es el premio más grande que me podían dar: poder desfilar a pesar de todos los obstáculos”, dijo Rebecca Cubero de 22 años quien terminó su bachillerato en comunicaciones y estuvo ayer con sus padres, tíos y demás familiares.
“Ni la Junta (de Supervisión Fiscal), ni el gobierno, ni los recortes (en el presupuesto) me quitan lo estudiado y creo que hay que seguir luchando por la educación del país”, dijo Irmarie Fraticelli quien se graduó de Estudios Hispánicos e Historia, a quien le espera una nueva etapa de estudios en el Smithsonian.
“A pesar de todas las eventualidades siempre traté de mantenerme positiva de que este día iba a llegar y significa muchísimo para mí y mi fami- lia y compartir los logros. Este es un espacio que tenía que darse y nosotros tenemos la energía para echar pa’ lante y muchas ideas nuevas para seguir dando lo mejor al país”, expresó la joven de 25 años.
Para Wesley Torres, quien recuerda como uno de los mayores retos manejar a diario desde Gurabo hasta el recinto de Río Piedras para completar estudios Interdisciplinarios en la Facultad de Ciencias Naturales y pudo ostentar la cinta de Magna Cum Laude, la actividad se trató de la culminación de muchos sacrificios para él y su familia.
“Esto se logra con muchos sacrificios, muchas horas de estudio, con el apoyo de tus compañeros, el apoyo de tu familia”, indicó al tiempo en que lamentó que ya se ven los estragos en la universidad con la reducción de clases a consecuencia de los ajustes en el presupuesto.
Miguel Fernandini, quien hizo un bachillerato multidisciplinario, no pasó desapercibido ya que su birrete era una réplica de la torre de la universidad que se elevaba al menos dos pies sobre su cabeza, pero con bordes negros en señal de luto por todos los cambios que ha sufrido la institución.
“Lo que quise representar es que la Torre es más alta que la cúpula del Capitolio, estamos más arriba de las leyes y el gobierno, y ese es el temor del gobierno a una juventud que ya no somos niños y nos hemos quitado la venda de los ojos”, afirmó el yaucano.
Jan Paul Marrero, quien llevaba en su toga un botón con la foto de su hermano que murió hace dos años y le dedicó el acto, fue otro que pensó que no iba a poder disfrutar de una ceremonia de graduación y el hecho de que fuera simbólica no le afectó en lo absoluto.
“Aquí se pudo hacer posible lo que nunca pensamos que podía ser una realidad. Pienso que a pesar de todo, la esencia de la Universidad va a seguir siendo la misma y lamentablemente se han perdido estudiantes y personal docente y no docente, es lamentable, pero creo que no van a poder destruirla tan fácilmente”, manifestó el joven de 23 años quien culminó el bachillerato en comunicaciones.
La portavoz de prensa del recinto Lorna Castro dijo que no habría declaraciones nuevas acerca de la ceremonia simbólica. Recordó que ya se había enviado una comunicación a los estudiantes el 16 de junio en que se expresaba que “Las circunstancias que todos conocemos impidieron que el calendario académico del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico pudiera completarse a tiempo para realizar todas las gestiones que requiere un evento de la naturaleza de una ceremonia oficial de colación de grados”.
Ningún grupo oficial del Recinto de Río Piedras pudo par- ticipar de la ceremonia, pero no faltaron los actos musicales a cargo de distintos grupos de estudiantes.
En su mensaje Wilmarí de Jesús, presidenta del Consejo de Estudiantes, hizo un llamado a seguir luchando por la permanencia de la Universidad y a no olvidar la lucha que dieron para resolver las situaciones que enfrenta la institución.
La ceremonia estuvo dedicada a los estudiantes fallecidos Gabriel Rivera Rivera, Wilson Rivera Zayas, Samuel Santiago, Sofía Cruz Torres y la graduanda Cristina Jiménez Lizardi, así como al profesor también fallecido Fernado Picó.
“Aquí se pudo hacer posible lo que nunca pensamos que podía ser una realidad... (y) creo que no van a poder destruir (la Universidad) tan fácilmente” JAN PAUL MARRERO / GRADUANDO