Primera Hora

Un despido titánico

Su médico le quitó el bate de las manos y Avilés sí regresará con el equipo… pero como ‘coach’ exclusivam­ente

- JORGE L. PÉREZ CEUYOYI@HOTMAIL.COM

En la Doble A, al menos recienteme­nte, la posición de dirigente es tan insegura como un puesto en el gabinete de Donald Trump. Las temporadas son demasiado cortas y no es raro que despidan a alguien por tener marca de 1-2 al comienzo de la campaña.

Pero lo ocurrido esta semana en Florida rompe incluso ese molde tan precario: luego de sufrir derrotas en los primeros dos juegos de la final nacional contra los Sultanes de Mayagüez, la gerencia de los Titanes le anunció al dirigente Luis Arroyo, al llegar a la práctica del miércoles, que había sido cesanteado.

Arroyo, quien acababa de activarse también como lanzador, luego diría que no le habían explicado las razones. No era necesario que lo hicieran: la tradiciona­l búsqueda de crear un ‘shock’ que despierte a los jugadores, esta vez adobada por la angustia de que al equipo pueda estársele escapando el campeonato en su primera final en 35 años.

Extraofici­almente, sin embargo, al parecer la gerencia indicó a sus jugadores que las razones no fueron esas derrotas.

Como quiera, atrás quedó, por consiguien­te, la actuación de Arroyo, quien condujo al equipo a un récord de 7-1 en la segunda parte de la temporada regular luego de que en marzo el dirigente Ramón Avilés lo dejara en 7-5 en marzo al tener que renunciar por motivos de salud.

“No fue un derrame ni un ataque cardiaco, pero desde 1996 yo soy diabético y padezco de alta presión, y parece que el azúcar se me había elevado hasta las nubes”, dijo Avilés, el otrora destacado jugador del cuadro que jugó en las Mayores de 1977 a 1981 y que luego ha tenido una larga e ilustre carrera como ‘coach’, dirigente y gerente general en el béisbol invernal, y en la Doble A.

Su médico le recetó mucho descanso y que, cuando regresara al béisbol, lo hiciera tal vez como ‘coach’, no como dirigente, para no tener que estar tomando decisiones ni estar expuesto a más ‘stress’.

En la postempora­da, Arroyo llevó a los Titanes a 12 victorias seguidas antes de vencer 4-3 a Fajardo en semifinale­s.

Pero tal vez abrir la final cayendo como locales ante los Sultanes luego de estar ganando 3-1 en la octava entrada, minó su permanenci­a en la dirección.

Al parecer todavía desmoraliz­ados por esa derrota, los Titanes apenas conectaron dos hits al caer 6-0 la noche siguiente, y el equipo decidió hacer un cambio.

Entonces le ofrecieron la dirección al manatieño Avilés, quien ayer esperaba por su médico para ver si este le daba la luz verde.

“La verdad es que no sé qué hacer, porque todavía me faltaban tres visitas para que me diera de alta”, dijo.

Por suerte, su médico le quitó el bate de las manos y Avilés sí regresará con el equipo… pero como ‘coach’ exclusivam­ente.

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