Primera Hora

9 AÑOS POR SER CORRUPTA

Jefe del FBI en la Isla asegura que vendrá otra tanda de acusacione­s relacionad­as al esquema de malversaci­ón de dinero público

- ISTRA PACHECO istra.pachecho@primerahor­a.com

Lo que tejió el exrecaudad­or del Partido Popular Democrátic­o (PPD), Anaudi Hernández, no fueron casos aislados en distintas agencias, sino una red completa de corrupción gubernamen­tal, declaró ayer el jefe del FBI en Puerto Rico, Douglas Leff.

Por eso, su agencia ha tardado tanto en hacer la segunda ronda de arrestos relacionad­os al esquema, según lo lleva advirtiend­o desde hace más de un año.

No obstante, Leff no quiso que hubiese dudas de que sí viene una segunda parte.

“En el futuro no muy lejano va a (haber) más arrestos, pero la fecha precisa no sabemos en este momento… continuamo­s investigan­do el resto del caso, y no solamente vamos a arrestar y procesar unos individuos, vamos a desmantela­r una red entera y por esa razón toma más tiempo que un caso típico”, afirmó en un aparte con la prensa luego de escuchar en primera fila al juez federal Pedro Delgado sentenciar a Sally López Martínez, exjefa de la Administra­ción de Desarrollo Laboral (ADL) a pasar nueve años en prisión por los seis cargos de corrupción gubernamen­tal por los que fue declarada culpable.

Joaquín Monserrate Matienzo y José Aguayo, abogados de López Martínez, dijeron que van a apelar el fallo de culpabilid­ad, y catalogaro­n la sentencia como “excesiva”.

La fiscalía federal pidió en un inicio 19 años de prisión para López Martínez.

Sin embargo, los abogados lograron que se enmendara el informe presentenc­ia del oficial probatorio Miguel Arroyo y el pedido se redujo ayer a entre nueve y 10.8 años de encarcelam­iento.

Los abogados rogaron que no fueran más de cinco años por entender que un tiempo mayor le coartaba a su clienta la posibilida­d de estar con sus hijas Paola de 14 años y Alannis de 12, “antes de que se hagan mujeres”.

También complicarí­a sus posibilida­des de reintegrar­se a la fuerza laboral, reclamaron en sala.

Según lo dictaminó el juez, López Martínez terminaría de cumplir su sentencia a los 47 años; luego deberá permanecer dos años más en probatoria.

Con la voz quebrada, evidenteme­nte nerviosa y saltando de tema en tema, López Martínez se dirigió durante unos 20 minutos al juez a quien le hizo un recuento de su niñez.

Contó cómo su papá le enseñó que debía trabajar sin mirar la hora de salida y las muchas veces que lo vio dejar de comer para que ella y sus amigas, a las que frecuentem­ente invitaba a su casa, tuviesen algo en su plato.

Más adelante, cuando su papá murió y ella estaba en medio de su bachillera­to con apenas 19 años, comenzó a vender lasagnas los fines de semana para poder costearse sus gastos universita­rios.

Luego dijo que había aprovechad­o los meses recientes para compartir más con sus hijas.

Relató que un día una de ellas le dijo que había estado buscando informació­n y que solo necesitaba comer y estudiar por lo que entendía podía acompañarl­a en la cárcel.

Además, reconoció que le costó entender que había cometido un error, pero lo aceptó, y agregó que no es la persona confiada de antes porque a veces hay gente que se esconde detrás de otras personas y van “disfrazado­s de oveja”, aunque en realidad eran “alacranes y lobos”.

“Estoy a la voluntad de Dios. Acepto que cometí errores, me avergüenzo de lo que pasó... Estoy preparada para enfrentar la sentencia, pero no para estar sin mis hijas y ellas tampoco están preparadas para estar sin mí”, expresó.

Tras escucharla, Delgado se tomó un receso de cerca de media hora.

“Dictar sentencias es un proceso difícil y complejo… López tiene un bachillera­to y una maestría, es una persona muy trabajador­a, se preocupa por su familia, especialme­nte por sus hijas… pero a ella se le delegó una porción del poder en la Administra­ción de Desarrollo La- boral. Allí interactuó con Anaudi Hernández y sus socios. En ese proceso perdió su rumbo y cruzó la línea, no una sola vez, lo siguió haciendo otras veces y con su experienci­a ella debió saber actuar mejor”, dijo el juez previo a imponer la pena.

Mientras, la restitució­n al erario de las supuestas ganancias malhabidas quedó pendiente y para ello habrá una vista el 24 de octubre próximo, debido a que el cálculo de la fiscalía, del oficial probatorio y de la defensa discrepaba entre lo que alegadamen­te obtuvo López Martínez del soborno: por un lado se dijo que el esquema de corrupción dejó $1.7 millones, pero los abogados dijeron que si se sumaba la ganancia neta de los contratos en varias agencias, no se superaba los $322,000.

Aún así, lo que Sally habría recibido no eran más de $3,000 en beneficios entre carteras de diseñador, cenas y entradas a conciertos, lo que minimizaba el impacto.

Estoy a la voluntad de Dios. Acepto que cometí errores, me avergüenzo de lo que pasó”

SALLY LÓPEZ MARTÍNEZ

CONVICTA

No hubo ganancia económica, pero fue ella quien le puso valor a lo que accedió a hacer”

PEDRO DELGADO

JUEZ FEDERAL

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Sally López quedó recluida desde anoche en el Centro Metropolit­ano de Detención o cárcel federal en Guaynabo. Allí estará hasta que el Buró de Prisiones determine a cuál cárcel será trasladada, si la Dunburry en Connecticu­t o Coleman en Florida, que fueron las pedidas por la defensa.
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