Escupe una vaca y se inunda el cerca’o
En Puerto Rico, si alguien protege el ambiente es un pelú, barbú, marihuanero, que se opone a todo y está en contra del desarrollo. O eso dicen muchísimos analistas, comentaristas y políticos y la gente lo repite como el papagayo.
Hace un año, PRO Pública hizo público un estudio sobre el crecimiento y construcción al garete de la ciudad de Houston. La zona del sureste de Texas ha sido resistente a zonificar y prohibir construcciones. Por el contrario, han permitido el desarrollo a lo loco por décadas siendo la cuarta ciudad más grande en toda la nación.
El Servicio de Meteorología de los Estados Unidos dijo que las inundaciones del huracán Harvey han sido las peores jamás reportadas para un mismo lugar.
Con lluvias de esa magnitud, es muy difícil evitar una tragedia, pero sin duda en vez de mitigar, las políticas de construcción fomentaron el desastre.
Desde el 1979, Houston ha tenido tres eventos de lluvias de 100 años. De hecho, hace 12 años Rita pasó por allí y el mero intento de desalojar la ciudad produjo más de 100 muertes.
Oficiales de la zona han dicho que tomará años recuperarse de este huracán. Pero lo importante es que al fin reconocieron que tendrán que evaluar el desordenado crecimiento y la falta de zonificación que permitieron construcciones al garete por décadas.
Vaya usted a Hato Rey, a Patillas, Caguas y a gran parte de Puerto Rico. Vea esos proyectos de construcción al garete. No es casualidad que la zona metro de San Juan se inunde tanto de tan solo escupir una vaca. Lluvias de tres pulgadas provocan aquí el detente de la economía, aunque somos un país tropical.
Al día de hoy, el Plan de Uso de Terrenos en Puerto Rico es letra muerta y cada municipio y alcalde tiene su propio librito de cómo hacer las cosas. Se supone que el Plan de Uso de Terrenos sea un gran mapa de cada detalle y cada pedazo de terreno. Se supone que se diga dónde vamos a construir, dónde se va a dejar virgen, dónde se va a proteger, que los humedales y sumideros no se pueden tocar, que las quebradas y cuerpos de agua tampoco, que la zona verde es importante, que donde se vaya a construir hay que hacer mitigación. Se supone que en ese Plan se diga dónde van los centros comerciales y sus desagües, dónde van las industrias, las fábricas, las casas y edificios.
En eso, no solo hemos pecado, hemos hecho de la Junta de Planificación un pedazo politiquero del Gobierno cuando al crearse en la década de 1940, era algo nobel y visionario. Aquí hicimos esa agencia siendo de las primeras en el mundo para que se organizara responsablemente cada cuerda de terreno. Pero permitimos que cada administración hiciera variaciones de usos, cambios en zonificaciones creadas, en fin, el plan es un chiste y cada vez que a alguien le da por hacer algo y el gobierno de turno lo empuja anulan la planificación de los terrenos. Ni hablar de la inexistente ley de costas.
La verdad es que esto ocurre en gran medida porque los constructores siempre son fuertes donantes de campañas políticas.
El doctor José Molinelli ha advertido montones de veces de lo susceptible que estamos ante la mala construcción que se ha permitido so color de “desarrollo”.
Los tapones por tres gotas de lluvia son enormes y el ambientalista Luis Jorge Rivera Herrero ganó hasta un prestigioso premio Goldman por su trabajo en Puerto Rico en protección del ambiente y por sus propuestas de correcta construcción en la Isla.
Sin embargo, recientemente ha estado advirtiendo de la construcción en zonas protegidas por ley y nadie le hace caso.
En fin, aún hoy que estamos tan alertados del cambio climático, de los fenómenos y de las consecuencias de nuestra mala coordinación y construcción continuamos cometiendo los mismos errores.
Con esto del huracán Irma solo me queda decir… Dios vuelva a bendecir la Isla del Cordero.
“Vaya usted a Hato Rey, a Patillas, Caguas y a gran parte de Puerto Rico. Vea esos proyectos de construcción al garete”