Lecciones que nos dio Irma
El huracán Irma es uno de esos fenómenos atmosféricos que será recordado por mucho tiempo y por varias generaciones. Su potencia de categoría cinco arrasó las islas vecinas del Caribe y tuvimos la gran suerte de que su ojo pasó a una distancia razonable de nuestra isla grande.
Con ese ojo se fue toda la potencia concentrada en su cuadrante norte. Aun así, su viento, lluvia y marejada ocasionaron daños severos que se estiman en unos $600 millones. Una docena de municipios, incluyendo a la isla de Culebra, fueron declarados zona de desastre. Además de su destrucción, Irma dejó unas enseñanzas que detallo a continuación.
1- No tenemos sistema eléctrico. Podemos estipular que estamos ante un servicio “cristiano” porque funciona por obra y gracia del Espíritu Santo. Claro, es una ironía, pero sirve para poner de manifiesto que los administradores de la corporación se dedicaron a chupar y chupar, abandonando a su suerte estaciones, plantas y postes. Incluso bajo la sindicatura de Lisa Donahue, no se compraron equipos para facilitar mantenimiento, ni se implantaron programas en esa dirección.
2- Con esta demostración la Autoridad de Energía Eléctrica va de cabeza a la privatización. La Junta ya lo estipuló y difícilmente usted encontrará voces ciudadanas que se manifiesten para defenderla. Eso no quiere decir que está es la solución o la panacea, pero de eso hablaremos más adelante.
3- Aunque tenemos un sistema eléctrico comatoso, vivimos la realidad de unos servidores públicos entregados en cuerpo y alma a lo que hacen. Los empleados de la AEE, sin duda, han dado la milla extra para energizar la Isla. Muchos podrán decir que ese es su trabajo y no se debe alabar tanto, pero el esfuerzo se nota y se documenta en fotos y vídeos que han circulado por los medios, así como por las redes sociales.
4- A pesar de tener un Gobierno quebrado, padecer de la bota de una Junta de Control Fiscal con un futuro incierto, nuestro pueblo da cátedra de solidaridad desbordándose en ayuda a nuestros hermanos caribeños. Aquí damos de lo que tenemos y de lo que no tenemos. Esa característica nos recuerda que seremos pequeños en territorio, pero grande en nuestros ADN y por eso pasan buenas cosas a nuestra Isla.
5- Irma nos dejó claro que tenemos un pequeño por ciento de personajes que yo no sé de dónde salieron. Tome por ejemplo el sujeto que metió una yegua en el interior de su casa en Utuado y las damas que usaron los interruptores eléctricos de Plaza Las Américas para pasarse
6- Durante la emergencia, el amigo Silverio Pérez escribió una gran verdad sobre la grandeza de Dios y nuestras necesidades particulares. Usted no puede moldear a Dios a su conveniencia. Esto en relación a decir que Dios es bueno con Puerto Rico, pero qué pasa con las otras islas. ¿Fue malo? Creo que la naturaleza se manifiesta de forma distinta y tienen su explicación científica. Así que no podemos decir que Dios está dando fuete a México, al Caribe y a los Estados Unidos porque allá son malos y nosotros buenos.
7- Este es el primer gran fenómeno atmosférico el cual fue registrado, seguido y documentado por las redes sociales. Esto llegó para quedarse. Las redes nos ayudaron también para denunciar, advertir e informar de situaciones particulares. Bravo.
8- El huracán Irma sacó a flote malas prácticas administrativas de nuestros alcaldes. Por ejemplo, los empleados del municipio de Ponce que fueron a AEELA a buscar préstamos de ayuda no pudieron obtenerlos porque, alegadamente, la alcaldía no pagó sus deducciones. Sin embargo, sí le hizo el descuento en nómina. Esto no pasa con el dinero del Seguro Social, porque saben que tiene consecuencias. Una vez más, la impunidad se pasea ante nuestras caras. Sospecho que Ponce no es un caso aislado y son muchos los municipios que bailan a ese son. La pregunta es, ¿hasta cuándo?.
9- Creo que existe un consenso en el manejo adecuado por parte del Gobierno a esta crisis. El Gobernador lució muy bien ante su primer reto atmosférico.
Aquí mi lista. Ahora solo resta esperar sus reacciones y comentarios. Hasta la próxima.
“Aquí damos de lo que tenemos y de lo que no tenemos”