El Oeste no perderá su alegría
AGUADILLA. El huracán María quiso arrebatarle el significado del nombre a la comunidad Villa Alegría en Aguadilla... Pero no pudo. En todo caso, lo transformó a una villa de esperanza.
Tal como en el resto de Puerto Rico, María dejó destrucción en toda la zona oeste.
Pero al menos en Villa Alegría comenzó inmediatamente el proceso de reconstrucción.
Tan pronto se divisó la claridad la mañana del jueves, un grupo de vecinos se reunió para evaluar los daños en su área: árboles y postes caídos, techos arrancados y casas inundadas, era el panorama en prácticamente toda la zona.
Sin embargo, muy bien hicieron suya la frase de que al mal tiempo, buena cara.
“Estamos bien. Lo material para mí no significa nada. Lo importante son las vidas”, sostuvo Carmen Ortiz, en cuya residencia cayó un poste de energía eléctrica que se partió en dos.
INCOMUNICADOS
Una de las grandes complicaciones que experimentó la zona oeste fue la falta de comunicación telefónica y terrestre con otros pueblos.
En Aguada, el río Culebrinas se salió de su cauce e inundó la carretera PR-2 y la PR-115. De igual forma, el río Grande de Añasco sobrepasó el puente que conecta a Añasco con Mayagüez y por varias horas no hubo acceso en ambas vías.
Mientras, en Rincón, varios sectores del casco urbano se inundaron con hasta tres pies de agua y la erosión de las costas, uno de los principales problemas en ese pueblo, se acrecentó con la emergencia.