DESESPERACIÓN ENTRE ISABELINOS
ISABELA. Sentado en la grada de la cancha bajo techo de la escuela Francisco Mendoza, José F. Muñiz miraba el techo sin una certeza de cuándo podrá salir del plantel escolar.
Muñiz, residente en el barrio Plana, lleva cuatro días como uno de los 145 refugiados en esta escuela del casco urbano y ayer no había recibido comunicación ante el posible colapso de la represa de Guajataca.
“Desde ayer (sábado) no hay información oficial. No sabemos cómo está la situación en la represa y, en mi caso, todavía no he podido ver cómo está mi casa y mi perro. La comunicación no ha sido la mejor. Ni un radio tenemos para saber lo que está pasando aquí y en otros lugares”, dijo Muñiz.
Una persona que prefirió hablar en anonimato confirmó que la incertidumbre reina entre los refugiados.
“Todo el mundo pregunta, pero nadie sabe. Desespera un poco porque uno ya lleva aquí entre cinco y seis días, y muchos queremos salir de aquí. Veremos si más tarde aparece alguien con alguna información”, indicó la persona de tercera edad.
Hasta ayer, alrededor de 250 personas estaban refugiadas en tres instalaciones isabelinas: en el centro Boys
and Girls; y en las escuelas Gloria González y Francisco Mendoza.
La cantidad de refugiados en la Francisco Mendoza se redujo de 210 a 145 de la noche del sábado a la mañana del domingo, detalló una de las encargadas del refugio, María Guzmán, del Departamento de la Vivienda.
“Muchos pidieron salir para buscar ropa y regresar, y otros se movieron con familiares. Todavía no sabemos hasta cuándo vamos a estar aquí”, comentó, mientras espera información de la alcaldía.
Incluso, el ayuntamiento ya no está a cargo de los refugios en Isabela, ahora es American Management, empresa privada contratada por el Departamento de Vivienda, precisó la trabajadora social Elizabeth Cabán.
“Nosotros estuvimos colaborando en los primeros días, pero de ahora en adelante somos los responsables de los refugios. Y vamos a seguir aquí hasta que el municipio nos informe lo contrario”, dijo Cabán al asegurar que habrá alimentos en los tres refugios para los próximos días.