LA SOLIDARIDAD QUE SALE POR LOS POROS
Es la manifestación colectiva de nuestra gente aquí y en la diáspora, así como del gobierno estatal y federal tras el paso de María. Lee a Alexandra Fuentes en su columna Sin Maquillaje.
Es inevitable no sentir tristeza al salir a la calle y ver destrozada a nuestra Isla.
Mi hija menor me pregunta si Puerto Rico volverá a ser verde, en obvia alusión a la enorme deforestación causada por los vientos.
“Los Amiguitos del Ambiente tenemos mucho trabajo cuando comiencen las clases”, añadió en referencia al club ambiental de su escuela.
En su inocente expresión hay mucho sentimiento. Sabe que algo malo pasó en su País y que de alguna forma tiene que ayudar. Ese mismo sentimiento se expresa de forma elocuente en una hermosa foto que hizo viral, donde un grupo de niños juegan mientras ayudan a despejar un pequeño camino.
Atentos siempre a las noticias, dentro de la pena, reconforta saber que no estamos solos. La devastación dejada por el paso del huracán María, ha tenido como reacción una amplia ola de solidaridad.
Son muchas las manos que se han levantado disponibles para ayudar a Puerto Rico en la difícil tarea de nuestra recuperación.
Esa solidaridad va desde el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hasta ciudadanos comunes y corrientes que han estado organizándose para darnos la mano. La mayoría con vínculos en la Isla, pero otros simplemente se han sentido conmovidos por las imágenes de los estragos ocasionados por María.
Como siempre ocurre, entre ese grupo de buenos samaritanos se destacan nuestros deportistas y artistas.
El pelotero Carlos Beltrán conectó un home run al sorprender donando $1 millón, cantidad que fue replicada por la famosa cantante y actriz Jennifer López.
Debo señalar que antes de María, para la emergencia del huracán Irma, el cantante Don Omar había anticipado $300,000 de las ganancias de sus conciertos. También Tito “El Bambino” repartió alimentos en una gran caravana y el cantante de trap Bad Bunny hizo lo propio otorgando donativo a familias damnificadas.
Me consta que hay muchas otras figuras que están dando la mano dentro de sus posibilidades. Estoy segura de que esas manos seguirán aumentando, porque la causa es noble, pero además porque nuestro pueblo nunca ha fallado cuando la tragedia toca a otros.
Recordamos que fueron nuestros médicos los primeros en llegar a auxiliar a nuestros hermanos haitianos cuando un terremoto los perjudicó, así como muchos otros ejemplos siendo el más reciente la mano solidaria que el gobierno y grupos de ciudadanos extendieron a los vecinos del Caribe, luego del paso del huracán Irma.
Vamos a necesitar ayuda y solidaridad de afuera, pero sobre todo, de adentro. La nuestra, la fraternidad entre los residentes de la Isla y el espíritu de vida en comunidad tiene que fortalecerse como nunca antes.
El Gobierno anticipó un proceso prolongado de recuperación, por lo cual debemos prepararnos para que nuestra actitud de solidaridad se extienda y preferiblemente, nunca desaparezca.
Que se sigan levantando manos a favor de Puerto Rico, pero sobre todo nuestras propias manos. Esa mano voluntaria para ayudar a las brigadas que abren caminos, para darle un poco de agua al policía que dirige el tránsito. Esa mano que asiste al vecino necesitado y responde a los llamados del Gobierno a cumplir la ley y a poner de su parte.
Son esas manos solidarias, que por fortuna abundan en nuestro País, las que permitirán que nuestra Isla supere esta dura prueba. Que no falte la tuya.