UNIDOS MÁS QUE NUNCA
ORLANDO. En el negocio de Edgar Carrión no queda la menor duda que lo boricua está impregnado en cada esquina.
Cuando uno entra, siente que está afuera, caminando por una calle de San Juan o visitando un barrio del interior de la Isla.
Y esa marca patriota es la que también le ha impartido a su esfuerzo por ayudar a los puertorriqueños en la Isla que sufren la devastación tras el golpe del huracán María hace una semana.
“Somos puertorriqueños y nos conmueve lo que está pasando. Aunque estamos acá (en Florida) somos parte del país y vamos a ayudar”, dijo el propietario del restaurante Pa’l Campo.
Carrión y otro amigo comerciante habían comenzado a recolectar ayuda, pero cuando los abastos comenzaron a multiplicarse, mandó a colocar un contenedor en el estacionamiento frente a su establecimiento para acumular todo lo que llegaba.
“Cuando llegan las elecciones nos peleamos y cuando nos golpea la tragedia… un huracán, nos unimos”, comentó a manera de reflexión.
A este esfuerzo lo llamaron Unidos por Puerto Rico y se integraron, además, a la iniciativa que se aglutina bajo la Coordinadora de Apoyo, Solidaridad y Ayuda (CASA), una especie de sombrilla bajo la cual se han unido decenas de grupos no gubernamentales, entidades religiosas, grupos profesionales y empresas privadas que trabajan en el envío de artículos de primera necesidad.