DOLIDOS LOS REFUGIADOS
Personas de la tercera edad pasan muy duros días allí
“
Aquí hay personas que llevan días sin bañarse, porque físicamente no se pueden atender”
VÍCTOR DANIEL MONTAÑEZ REFUGIADO EN VEGA BAJA
VEGA BAJA. No hay jóvenes arremolinados a la entrada de Escuela Superior Lino Padrón Rivera.
Ahora un hombre en sillón de ruedas -debido a la amputación de una pierna- se aloja a la entrada del recinto, mira hacia el horizonte, y permanece indiferente a los visitantes que llegan al lugar y a las diferencias de los nuevos inquilinos.
En el plantel, que no cuenta con luz y agua, una anciana en andador se acomoda frente al baño donde la mayoría de las paredes de los inodoros están salpicadas con excremento.
Otro viejo con una pierna hinchada y roja se mantiene callado en una silla de oficina con ruedas negras, que utiliza para desplazarse por el lugar.
Pero una voz de hombre quebró el silencio: “Estas no son condiciones para estar aquí, hay gente sin insulina, con problemas de respiración, medicamentos fuera de la nevera, un bebé con bronquiolitis. Aquí hay ancianos que llevan días sin bañar. Esto es un abuso”, dijo Víctor Daniel Montañez, al denunciar las condiciones en las que están los 152 hombres y mujeres residentes allí tras la embestida del huracán María; muchos quedaron sin hogar, otros esperan para retornar a sus casas en la “Ciudad del Melao Melao”.
Enfadado, el hombre sin camisa explica que la escuela cuenta con una planta eléctrica, que no funciona, y que los refugiados solo reciben agua de un camión cisterna.
Cualquiera diría que los refugiados en el plantel escolar parecen olvidados a su suerte.