PELIGROSA REALIDAD
En la comunidad La Playa el agua estancada y los animales muertos acechan la salud de los residentes
AÑASCO. Leeroy Figueroa, de 3 años, correteaba por la calle ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor.
“Corre, corre”, decía el pequeño mientras buscaba a quién mojar con agua que obtenía a través de un sistema de alcantarillado existente, pero no funcional en la comunidad La Playa, donde reside junto a su familia.
La escena lograba por instantes despejar el miedo, la inseguridad y la incertidumbre que se palpa a su alrededor.
En la comunidad La Playa los días pasan, pero no se ven cambios.
A casi dos semanas del paso de María, cientos de familias viven rodeadas por agua estancada de un caño que deja escapar una peste insoportable y que da indicio de que acecha el peligro a la salud.
En los terrenos -a los cuales no hay acceso peatonal porque están rodeados de agua- hay vacas, cabros, gallinas y caballos muertos.
“Ahora mismo lo que nos preocupa es que allí, a la parte atrás de la casa, hay como cinco o seis caballos muertos y eso lo que trae son muchas enfermedades para los niños, porque nosotros no, nosotros somos grandes y aguantamos un poco, pero la peste es demasia’o”, planteó Cristian Bonet.
El río Grande de Añasco inundó prácticamente en su totalidad el sector La Playa.
“Mira para allá cómo está el agua estancá, ya sale la peste, seguro que va a haber una epidemia, esto es babote nada más”, señaló Marisel Valentín, quien duerme en colchones inflables.
Mientras un grupo de vecinos charlaba a la orilla de la última calle de la comunidad y los más jóvenes jugaban briscas, un hombre extraía agua del alcantarillado no funcional en el cual se acumuló agua de lluvia para sacar el fango que permanece en el interior de sus hogares.
“Estamos sobreviviendo poco a poco, pero la ayuda no ha llegado ninguna, ni ropa, ni comida, ni agua pa’ beber… con esa agua que está ahí limpiamos la casa y hasta pa’ darnos un baño, aquí tenemos fangal hasta los ojos”, dijo Jaime Famanía, cuya residencia se inundó con más de siete pies de agua.