DE SAN FELIPE AL HURACÁN MARÍA
Normando Valentín repasa estos devastadores fenómenos que han escrito páginas de dolor en nuestra historia.
El azote del Huracán María por Puerto Rico, sigue siendo el tema de conversación entre todos. No es para menos, a 29 días del paso de este fenómeno más del 80% de la población no tiene energía eléctrica. El que la tiene, sufre del “va y viene” que es de pesadilla. Lo mismo con el servicio de Acueductos que mantiene a un 40% de la población sin el líquido. El agua embotellada sigue escaseando, para el que la quiere comprar y muchos artículos de primera necesidad no aparecen. Los supermercados tienen más góndolas vacías que llenas y sus precios se han disparado como el que no quiere la cosa.
Que conste, este es el panorama para nosotros que no somos de los miles de damnificados que tienen que sufrir los embates de la pobre distribución de los víveres. El asunto ha mejorado con la entrada de los militares pero la burocracia de FEMA no ayuda a que lleguen rápidamente a manos de los más necesitados. Ayer por ejemplo, se quejaba el alcalde de Aguadilla de que solo le habían dado unos 200 toldos de más de 1,500 que necesitaba. Me contó en una entrevista que le habían dicho que tardarían unas dos semanas en llegar. Mientras tanto muchos aún padecen bajo las inclemencias del tiempo en que lo que la ayuda llega.
Lo relatado es una pequeña muestra del desastre que vivimos. La economía prácticamente está detenida. Estipulo que en muchas ocasiones las comparaciones pueden resultar injustas. Sobre todo cuando de épocas distintas “Estipulo que en muchas ocasiones las comparaciones pueden resultar injustas. Sobre todo cuando de épocas distintas se trata, pero definitivamente los daños de María no tienen parangón con cualquier otro fenómeno” se trata, pero definitivamente los daños de María no tienen parangón con cualquier otro fenómeno.
San Felipe, qué pasó por la isla en el 1928 fue lo más devastador que habíamos tenido y de esta generación nadie se acordaba de él. Para aquel entonces, la población en la isla era de 1,543,913 habitantes. Nos quedan las referencias históricas las cuales podemos comparar.
De esos datos se desprende que más del 90% de las estructuras se dañaron. Esto no debe extrañar pues existía una gran cantidad de estructuras en paja, madera o de los viejos ladrillos de las construcciones españolas. Una infraestructura muy débil para enfrentar un huracán categoría 5 como lo fue San Felipe. De hecho, las viviendas que en su mayoría resultaron pérdida total bajo María, también fueron las de madera. Hoy como ayer se demuestra que no es la mejor construcción para enfrentar estos huracanes. Claro, las de madera no fueron las únicas afectadas por el huracán del pasado 20 de septiembre, ya que también el agua produjo severas inundaciones que afectaron las de cemento.
San Felipe si nos dio duro en las fatalidades; 312 muertes se reportaron contra 48 que han sumado hasta ahora. Ese dato no debe implicar que por ende, fue más devastador que María. Ciertamente fue más mortal.
En 1928 las pérdidas se cuantificación en $85 millones de dólares. Eso era una “tonga” de dinero para esa época si tomamos en cuenta que la isla exportaba para 1926, dos años antes de la tragedia, unos $125 mil dólares en productos agrícolas. De esos el azúcar, le produjo, $98,924 dólares en ingresos por exportación mientras que el tabaco y el café le produjeron $13,416 y $9,034. Si nuestro motor principal en esos años era la agricultura y no producían ni un cuarto de millón pues ciertamente la cifra de $85 millones era para escandalizar.
Ahora nuestra economía se ancla en lugares distintos y las pérdidas pudieran llegar a los 100 mil millones de dólares. Claro que la agricultura sufrió una fuerte bofetada, sin embargo el daño tecnológico provocado por el embate de este Huracán es de grandes proporciones. Para 1928, la isla dependía principalmente del telégrafo y de las líneas telefónicas que no eran abundantes.
Aquí, en el Puerto Rico de 2017 no tan solo colapsó el teléfono móvil sino que con él se arrastró el internet y su fibra óptica. Se cayeron torres de televisión, que para 1928 no existían. También se cayeron torres y se inundaron transmisores de más de 100 emisoras de radio cuando en 1928, solo existía una, que era WKAQ. Aquí, podemos sumar miles de millones de dólares en pérdidas.
San Felipe, sí fue la antesala de los años de la gran depresión. Esto representó el peor escenario económico en la historia para los Estados Unidos. Su economía nos arrastró y por eso tardamos en reconstruir. La pobreza se acentuó de manera marcada. Hoy, María llegó en un extraño desfase de nuestra economía con la americana. Nuestros administradores nos llevaron a la quiebra y solo Dios sabe cómo serán los años por venir. Allá, como ahora, vimos una fuerte emigración. Una diáspora que ya nos supera. Hoy comparto estás similitudes y diferencias.
Hasta la próxima.