Primera Hora

MAR QUE COME LO QUE TENGA DE FRENTE

Experto oceanógraf­o alerta a respetar las zonas costeras y cambiar el modelo de construcci­ón

- FEMMY IRIZARRY ÁLVAREZ firizarry@primerahor­a.com

El huracán María ha dejado al descubiert­o el impacto de los fuertes vientos, oleajes y marejadas ciclónicas sobre los cimientos de edificios y residencia­s que están a lo largo de las costas.

El oceanógraf­o físico Aurelio Mercado dijo que el aumento acelerado en el nivel del mar con la consecuent­e erosión a través de la Isla provoca que cada día se acerque más el oleaje a estas estructura­s.

Tras el paso del ciclón el experto visitó algunos municipios donde vio estructura­s agrietadas luego que el embate del mar socavara sus cimientos.

“El caso más dramático de estructura agrietada es en Rincón”, confesó al indicar que “hace años hay estructura­s del tamaño de una casa de urbanizaci­ón que han caído al mar, pero ahora estamos hablando de condominio­s de muchos pisos. Hay uno que está roto en dos partes; la parte que da hacia el mar, al mar socavarle los cimientos… se agrietó y se separó del resto del condominio”.

Mencionó que allí, unos tres o cuatro condominio­s “están en el aire y no se han caído al mar porque están soportados por pilotes. No tienen tierra ni nada debajo”.

Sin embargo, a juicio del investigad­or, el lugar donde más fuerte “se tienen que haber sentido los vientos que venían del mar y la marea ciclónica (con el paso de María) fue en la comunidad de Punta Santiago en Humacao”.

“Quedó destruida, ellos se inundaron por el mar. La marea ciclónica penetró hasta que llegó a la parte de atrás de la comunidad en donde el Cuerpo de Ingenieros hace años construyó un dique de tierra para protegerlo­s del río que pasa por detrás. La marea ciclónica llegó hasta allí y se ataponó y no permitió que el mar siguiera su penetració­n y cubrió toda la comunidad”, dijo el también profesor de Ciencias Marinas en el Recinto Universita­rio de Mayagüez (RUM) de la Universida­d de Puerto Rico (UPR).

El académico desconoce las elevacione­s oficiales de las marejadas porque es el Departamen­to de Recursos Naturales y Ambientale­s el que tiene que dar los datos.

Otro de los lugares visitados por Mercado fue playa Cortada, en Santa Isabel, “donde los vientos, la marea ciclónica y el oleaje hicieron estragos. Eso da pena. La primera hilera de residencia­s sufrió daños grandes”.

Allí se construyó cuando la orilla estaba a unos 20 o 30 metros mar afuera, pero como se ha ido reduciendo, ya hay casas metidas en el mar. “El mar subió tanto que la presión arrancó una ventana ‘miami’ de una residencia”, indicó.

El oceanógraf­o físico llegó también hasta Palmas del Mar en Humacao, donde el problema de erosión es constante, y vio una estructura -que está más al norteque si no se trabaja con ella, “en cuestión de 15 a 20 años va a estar sufriendo el embate del mar directamen­te”.

En cuanto a Mayagüez, mencionó que en El Maní “tres o cuatro estructura­s de concreto sufrieron daños porque el agua les socavó los cimientos y las estructura­s se recostaron”.

Mientras, Mercado apreció en Aguada el efecto de construir dentro de las servidumbr­es de vigilancia y naufragio.

Explicó que aunque ahora está prohibido, del 2000 al 2008 la Junta de Planificac­ión, bajo la sección 85.07 del Reglamento 4, permitió desarrollo­s allí.

Otro de los municipios en los que se ve el efecto de construir en la misma orilla es Santa Isabel, donde en bahía de Jauca “el oleaje se comió un canto de concreto por aquí, otro de madera por acá…”.

De igual forma, en Isabela, “donde por años permitiero­n extraer arena de las dunas… se dejaron hoyos en la playa y en algunos casos los rellenaron con tierra, formándose un fangal cuando llueve”.

Además, ahí “la JP y ARPE (Administra­ción de Reglamento­s y Permisos) permitiero­n mansiones en el tope de las dunas gigantesca­s, cuando aun la orilla estaba bien alejada, pero según pasan los años la orilla se va moviendo mar adentro y el oleaje ha empezado a erosionar la base de la duna…” poniendo en peligro las casas.

En Joyuda, Cabo Rojo, donde el viento también hizo daño, muchos de los restaurant­es que tenían una plataforma de madera, con pilotes en el mar, “desapareci­eron”.

Precisamen­te, frente a la playa de Joyuda está el cayo Ratones “que está desapareci­endo poco a poco”, dijo Mercado al agregar que otra que se esfumará entre 10 a 15 años será Palominito, a cuatro kilómetros al este de Fajardo, y que lleva muchos años desapareci­endo “poco a poco debido al aumento en el nivel del mar”.

El investigad­or aceptó que la situación de inundacion­es costeras se va a poner peor, porque el nivel del mar sigue subiendo provocando que el agua también se meta “por debajo de la superficie de la tierra, esto, a su vez, empuja el nivel freático (distancia a la que se encuentra el agua desde la superficie del terreno”.

Mucha gente construyó… y a través de los años el oleaje le ha ido comiendo las servidumbr­es. Ahora están pagando las consecuenc­ias porque el mar se le está acercando” AURELIO MERCADO OCEANÓGRAF­O FÍSICO

 ?? Teresa.canino@gfrmedia.com ?? IMPOSIBLE DE IMAGINAR Las comunidade­s Palmas del Mar -en la foto- y Punta Santiago, ambas en Humacao, fueron dos de las más que sufrieron erosión, los vientos y la marejada ciclónica del huracán María.
Teresa.canino@gfrmedia.com IMPOSIBLE DE IMAGINAR Las comunidade­s Palmas del Mar -en la foto- y Punta Santiago, ambas en Humacao, fueron dos de las más que sufrieron erosión, los vientos y la marejada ciclónica del huracán María.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico