Aparecen más “enfermitos”
Desde que se destapó la olla de grillos sobre las acusaciones de acoso sexual del productor de cine Harvey Weisntein es como si hubiesen anunciado una epidemia. Si, así mismo, una epidemia llamada acoso sexual en el mundo del espectáculo. Esta semana han acusado al hermano de Harvey, al escritor James Toback, y se dice que a este último son 38 mujeres hostigadas y que él le prometió el estrellato.
La tapa salió volando en enero con el presentador Bill O’Reily y alegan que pagó $32 millones tras su acoso a la abogada Lis Wiehl, quien era su asesora y colaboradora.
Mientras, la actriz y periodista Lisa Guerrero alega que fue a hacer un casting con una amiga a la residencia de Steven Segal, en Beverly Hills. El actor las recibió con una bata de seda y el casting fue en su cuarto.
Después del casting, la invitaron a otro casting privado con Segal, pero no fue. No le dieron el papel protagónico y la escena que grabó de la película la cortaron. ¿Cuánto han aguantado y no han dicho nada?
Si digo que nunca he visto los traqueteos de ejecutivos y actrices para llegar a protagonizar y ser muy nice y viceversa, miento.
Hay un cuento famoso de una actriz que esperó seis horas por el ejecutivo y esa tarde salieron juntos y siguió saliendo con él hasta que le dieron el protagónico en una telenovela mexicana. Otras buscaban la bendición de políticos, y eso también funcionada. No recuerdo que la actriz haya dicho nada de hostigamiento. Algunas aceptan para ver qué consiguen y le dan trabajo.
Hay muchas que han llegado por lana y salen trasquiladas. Pero acá es otra cultura; mientras en Estados Unidos han tardado en sacarlo a la luz pública, aquí nadie se atreve, y eso no quiere decir que no ocurra en televisión y radio. Los trabajos en los medios son escasos y no se quieren quemar para no perder la oportunidad de conseguir en otro lado o canal.
¿Pero hay acoso en el mundo del entretenimiento de Puerto Rico? Ni lo dude, solo que las chicas y/o chicos se quedan calla’ooos por miedo.
La más nena
La premiación a los compositores latinos y la entrada al Salón de la Fama de Érika Ender la convierte en la compositora más joven en logralo. Se lo merece. Me reí cuando una periodista le preguntó si ella entraba al Salón de la Fama por Despacito.
Érika “muy nice” le contestó que no, que lleva 25 años componiendo. Indicó que Despacito es otro peldaño importante en su carrera, pero que hay otras composiciones -y han sido éxitos- cantadas por Ednita, Chayanne, Gloria Trevi y muchos más. ¡Tapaboca total!
“Mientras en Estados Unidos han tardado en sacarlo, aquí nadie se atreve, y eso no quiere decir que no ocurra”