Primera Hora

SE VAN PARA PELEAR PORU VIDA

Falta de acceso a servicios médicos obliga a pacientes de cáncer a brincar el charco

- BRENDA I. PEÑA LÓPEZ bpena@primerahor­a.com

Bryan Rosado, de 18 años, usa una mascarilla de protección alrededor de su nariz y boca. Con el gorro de su abrigo cubre su cabeza. Tiene el 90 por ciento de su rostro cubierto, pero no puede ocultar su tristeza.

La mirada de su mamá, Elienid Adorno, revela un sentimient­o similar cuando observa por última vez, en quién sabe cuánto tiempo, las caras de sus otros cuatro hijos en la sala de espera de un hangar en el aeropuerto de Isla Grande.

Madre e hijo partieron ayer en un vuelo humanitari­o con destino a Miami, Florida, junto a otros cinco pacientes de cáncer y sus respectivo­s acompañant­es ante la falta de acceso a los servicios médicos que se vive en Puerto Rico tras el paso del huracán María. De esa ciudad, se trasladarí­an a Nueva York donde el joven podrá continuar su tratamient­o contra la leucemia mientras aparece un donante de médula ósea.

“Estoy triste por no poder estar con mi familia”, manifestó el joven, quien iría directo al Hospital Presbiteri­ano de Nueva York.

En esa ciudad no tienen a nadie: ni familiares ni amigos ni conocidos.

“El proceso del cáncer es malo, y tener que irme y dejarlos es difícil. Yo sé que él va a estar bien, pero mi familia es mi support (apoyo), ellos y mi mamá. Dejarlos aquí; dejarlo a él que es el más chiquitito, que es el menos que puede entender, es bien difícil porque yo no sé si me los voy a poder llevar en algún momento”, expresó acerca de sus hijos Chrismael Ruiz, de 7 años; Yarel Ruiz, de 17; Jeysmael Ruiz, de 14; y Justin Rosado, de 13.

“Por lo menos acá cuando uno necesita un abrazo, uno

Yo me mantengo fuerte porque no quiero que me vean llorando porque no me gusta que me vean así, pero por dentro no me siento bien”

BRYAN ROSADO PACIENTE DE CÁNCER

llama y llega alguien. No tengo comunicaci­ón tampoco donde yo vivo, que si uno quiere hablar de noche con ellos, no se puede”, añadió la mujer, residente en Trujillo Alto.

Bryan, por su parte, expresó su deseo de poder estar esta Navidad junto a su familia, y aseguró que se proyecta calmado por sus hermanos.

“Yo me mantengo fuerte porque no quiero que me vean llorando porque no me gusta que me vean así, pero por dentro no me siento bien”, indicó el joven, quien además deja a su novia aquí.

En la espera para abordar el vuelo coordinado por la Sociedad Americana del Cáncer en Puerto Rico estaba también Mariluz Núñez Rivera, de 45 años.

Contrario a Bryan, la lareña se trasladará a la ciudad de Orlando, en Florida, donde tiene a miembros de su familia.

Allá se hospedará en la residencia de una enfermera oncóloga “que Dios puso en mi camino”. Estará acompañada de su hermana, y una de sus mejores amigas llegará más adelante.

La fémina mantiene el cáncer alojado en cuatro vértebras luego de haber superado un cáncer de seno.

Explicó que tomó la decisión de irse temporalme­nte porque necesita practicars­e unos exámenes para poder seguir con sus cuidados, pero la situación actual de la Isla ha complicado el acceso a los servicios.

“No son los médicos, es la burocracia del sistema que dificulta los servicios”, subrayó.

No obstante, aseguró que regresará a la Isla tan pronto experiment­e una mejoría y su médico en Orlando se lo permita.

Quien proyecta quedarse viviendo en Estados Unidos es Argennys Aponte, de 19 años.

El joven, natural de Aibonito, y quien padece desde hace tres años de un tipo de cáncer en los huesos conocido como osteosarco­ma viajó con su papá, Manuel Aponte, a la ciudad de Rochester, en Nueva York, donde lo espera su hermano.

“Mis médicos decidieron que irme a los Estados Unidos era la mejor opción porque ya aquí lo intentaron todo y nada estaba funcionand­o”, expuso.

“Estoy pensando quedarme a ver si me estabilizo en un futuro por allá”, reiteró.

En el mismo vuelo salía la esposa del periodista Junior Abrams, Carmen Dolores Esteva, quien hace 12 años padece de cáncer de colón, mismo cáncer del que es sobrevivie­nte su esposo.

Carmen, de 61 años, necesita al menos tomar sesiones de quimiotera­pia por seis meses. Al igual que el resto de los entrevista­dos, salir del país fue la recomendac­ión de su médico.

En Orlando, los espera la sobrina del comentaris­ta de deportes, entre otros miembros de su familia. Aunque la expectativ­a de ella es regresar a Puerto Rico junto a sus hijos, afirmó que él se inclina más por quedarse.

“Estoy en esa disyuntiva porque yo no voy a dejar a mis hijos. Hay motivos para regresar a casa. Tengo que ver cómo convenzo a Junior porque él quiere quedarse”, sostuvo.

A la fecha, la Sociedad Americana contra el Cáncer ha coordinado cinco vuelos humanitari­os para ayudar a 21 pacientes y sus acompañant­es.

“Hemos trasladado a 45 personas, y lo hemos hecho de forma coordinada y planificad­a, en coordinaci­ón con la American Cancer Society de Estados Unidos, donde tenemos que ser realistas con las expectativ­as que se crean cuando alguien se monta en un avión: tiene que haber hablado con su médico, tiene que haberse comunicado con su cubierta médica y asegurarse de darle continuida­d a su tratamient­o y que toda esa parte de la logística esté coordinada”, explicó Lillian Santos, principal oficial ejecutiva de la entidad.

Mis médicos decidieron que irme a los Estados Unidos era la mejor opción porque ya aquí lo intentaron todo y nada estaba funcionand­o” ARGENNYS APONTE PACIENTE DE CÁNCER

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Bryan Rosado, de 18 años, se establecer­á en Nueva York para recibir su tratamient­o contra la leucemia. Abajo, Mariluz Núñez Rivera, de 45 años, quien padece de cáncer en las vértebras.
MUCHA TRISTEZA Bryan Rosado, de 18 años, se establecer­á en Nueva York para recibir su tratamient­o contra la leucemia. Abajo, Mariluz Núñez Rivera, de 45 años, quien padece de cáncer en las vértebras.
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