Puerto Rico cambió, ahora estamos obligados a cambiar nosotros”
Nunca fui muy aplicada en las ciencias, pero la frase de que lo único constante en el universo es el cambio, siempre me llamó la atención.
Es cierto para la física, pero también para la conducta humana y la vida en sí misma.
Esos cambios en ocasiones son poco a poco, pero otras veces las circunstancias obligan a que sean de un día para otro. Esa es la realidad de la mayoría de los puertorriqueños luego de María.
De una u otra forma, unos más que otros, la realidad es que todos nos hemos visto forzados a realizar ajustes.
El más dramático de todos, es la mudanza, como aquellos que no han tenido otra alternativa que moverse a los Estados Unidos buscando nuevas oportunidades.
Todos conocemos algún familiar o persona cercana que con dolor en el alma ha tenido que abandonar la Isla. Algunos con planes, otros cargando simplemente una maleta llena de preocupaciones y esperanzas.
Los comprendo y respeto a todos, pues por el bienestar de mis hijos estaría dispuesta a hacer lo que sea.
Los que nos quedamos estamos chocando con una nueva realidad; Puerto Rico cambio para posiblemente nunca volver a ser el mismo.
Ahora estamos obligados a cambiar nosotros. Habrá que trabajar más y posiblemente ganar menos. Ser más productivos y estratégicos con la utilización de nuestro tiempo. Estar dispuesto a explorar nuevas cosas y a colaborar.
Son muchos los que han visto en la distribución de diésel a comercios y a hogares una oportunidad de negocio. También en la instalación y mantenimiento de plantas eléctricas. Otros utilizando sus destrezas artesanales, están haciendo su agosto vendiendo tablas para lavar ropa. Conocidos con licencia de portar arma complementan su ingreso brindando seguridad privada. En el mundo del entretenimiento, que ha sido golpeado como industria fuertemente, son muchos los que exploran nuevos escenarios en los Estados Unidos.
Y creo que se han vendido más banderas de Puerto Rico que en todos los eventos deportivos juntos. Posiblemente llevaban pensándolo mucho tiempo y ahora encontraron una motivación adicional.
María nos ha empujado a todos a hacer ajustes, no tenemos de otra. Esos ajustes nos llevarán a dar los mejor de nosotros, a retarnos, a dar el máximo. Debemos incluso estar dispuestos a comenzar desde cero, si fuera necesario. A evaluar alternativas que en el pasado rechazamos. Abrirnos a nuevos horizontes y empujar todo lo que podamos parar tratar de echar adelante.
Es lo que nos tocó vivir y poco avanzamos lamentándonos. A hacer los ajustes que sean necesarios y seguir adelante.
“Ahora estamos obligados a cambiar nosotros.
Habrá que trabajar más y posiblemente ganar menos. Ser más productivos y estratégicos con la utilización de nuestro tiempo. Estar dispuesto a explorar nuevas cosas y a colaborar”