PALADAR BORICUA QUE NO SE DEJA ENGAÑAR
La calidad del cerdo de aquí es primordial para que los clientes regresen a los negocios que lo venden
Ángel Luis López, mejor conocido como “El Cuñaíto”, lleva “toda la vida” vendiendo lechón en la carretera PR-1, en el kilómetro 65.5 en Cayey.
Llegamos hasta allí y el local estaba de tepe a tepe.
“La calidad del cerdo que vende Ángel (Rodríguez, presidente de la Cooperativa de Porcicultores de Puerto Rico) es muy buena. El sabor es excelente y el lechón es criado con alimento especial”, dijo López, quien heredó el negocio de su padre y vende el “Cerdo Rico”, criado por porcicultores del patio.
El comerciante dijo que lo único que vende en su negocio es carne del País y Rodríguez es uno de los suplidores.
Aceptó que la venta del lechón se disparó, como es usual, durante la Navidad.
“Aquí siempre esto está lleno, gracias al Señor. Si usted viera la cantidad de lechones que tengo allá abajo (para hacerlos a la varita)”, dijo al señalar donde se preparan los cerdos que comen los clientes y que acompañan con morcillas, arroz con gandules, pasteles y otras delicias.
El negocio abre los siete días de la semana.
Precisamente, entrevistamos a una de las comensales que estaba acompañada por un grupo de unas diez abuelitas que una vez al mes salen a comer y compartir en algún negocio en la Isla.
Sin embargo, el restaurante El Cuñao sigue en su lista porque es la cuarta vez que lo visitan.
“Alguna de ellas descubre un restaurante bueno y dice ‘pues vamos pa’ tal sitio, que cocinan riquísimo’”, sostuvo Ivette Cabezas.
“Ya hemos venido aquí alrededor de cuatro veces. Volvemos por la calidad de la comida. El cerdo es delicioso, tiene el sabor boricua”, dijo la vecina de Guaynabo.
¿Si le dan otra carne de cerdo, sabe que no es del país?
“Claro, eso se sabe por el sabor, porque es tiernecita y suavecita. Recuerda que nosotros los boricuas tenemos un sabor distinto”, aceptó.
¿A usted le gusta el cuerito?
“Muchacha, ¿y a quién no le gusta el cuerito?”, confesó.
¡Buen provecho!