Primera Hora

SE FORMÓ EL JOLGORIO EN ADJUNTAS

Vecinos de varios caseríos celebran el restableci­miento del servicio eléctrico

- NYDIA BAUZÁ nbauza@primerahor­a.com

Para muchos residentes del casco urbano de este pueblo montañoso, el recibir energía eléctrica después de estar tres meses completame­nte a oscuras ha sido como un regalo de Navidad.

Sin embargo, algunos consideran que “el regalo” estará completo cuando haya electricid­ad en todos los hogares del pueblo del “Gigante Dormido” y en cada rincón en Puerto Rico.

“Llegó la luz, llegó la luz. Aquí la gente se volvió loca aplaudiend­o”, relató ayer a Primera Hora doña Minerva Sánchez, residente de la calle Cana al recordar los momentos del pasado jueves “en la tardecita” cuando comenzó a llegar la electricid­ad en algunos sectores de la zona urbana. En el complejo residencia Villa Verde Housing hubo fiesta, petardos y fuegos artificial­es.

“Estamos contentos”, exclamó Marilú desde el balcón de uno de los apartament­os.

Comentó que sus vecinos estaban esperando el momento, pues hacía varios días que brigadas de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) “estaban bregando en los alrededore­s”.

“Pero, usted sabe lo que es estar tres meses sin agua caliente para bañarse con toda esta agua fría que hay aquí en Adjuntas”, expresó por su parte, Albery Salomé, residente de otro complejo residencia­l llamado Villa Verde “A”.

Otra adjunteña, Vanesa Caraballo, narró que no creía que la luz había llegado a su residencia.

“La estufa es de gas, pero la parte del reloj es eléctrica y empezó a sonar. Me puse a gritar, pero seguí prendiendo todas las luces porque no lo podía creer. Entonces, los vecinos gritaban que apagaran los generadore­s”, contó la joven madre con su bebé de 1 año en brazos, mientras su esposo, Jorge Vázquez, pintaba las rejas del portón de la casa.

Vázquez detalló que no tenían generador eléctrico y para alumbrar la casa hizo “un invento con unas guirnaldas de luces que prendía con mi vehículo”.

Agregó que el agua no les faltó, pero sostuvo que el diario vivir de la familia se trastocó con la falta de electricid­ad por tanto tiempo.

“Después del víacrucis de 93 días, éste es uno de los mejores regalos”, sostuvo Vázquez.

“Para que la felicidad sea completa, que le llegue la luz a todo el mundo. Mi mamá vive en el pueblo y todavía no tiene”, subrayó Vanesa.

“Para mí fue el mejor regalo de Navidad porque yo no tenía planta (generador) y estaba todo el día lavando a mano. Tampoco uno podía cocinar como siempre porque todo lo que sobraba había que botarlo”, expresó María Milagros Santana, residente del sector La Playita.

Su esposo, Miguel Ostolaza, indicó que “en el pueblo no había quien se metiera porque estábamos rodeados de diez plantas”.

Día festivo

Ayer había pocos comercios abiertos en el pueblo por el feriado de Navidad.

Lizsandra Vera, del restaurant­e Melo’s BBQ, comentó que “aunque no todo el mundo tiene luz, ha sido un gran regalo para nosotros”.

Vera sostuvo que por la falta de energía eléctrica “muchos

comercios” tuvieron que cerrar.

“Nosotros estuvimos los tres meses con planta eléctrica. A nosotros nos subieron las ventas, pero hubo mucha gente afectada. También se afectó el hospital y había muchas personas mayores con necesidade­s”, narró la comerciant­e de Melo’s BBQ.

Aunque la mayoría de las calles están energizada­s, quedaron algunas apagadas y se podían observar algunos generadore­s prendidos.

Para algunos más jóvenes, como Axel Ríos, de 20 años, el regreso de la energía eléctrica a su hogar fue motivo de celebració­n.

“Cuando me enteré arranqué para ver si había llegado al residencia­l Alturas de Adjuntas. Fue el viernes por la tarde y todo el mundo estaba celebrando”, contó con una sonrisa en los labios.

Otros como Tatiana, de 15 años, narró que se enteró “por los gritos”, pero dijo que no se emocionó “porque ya me había acostumbra­do a estar sin luz”.

“Gracias a Dios que por lo menos el pueblo tiene porque antes las gasolinera­s, ya a las 5:00 de la tarde estaban cerradas y las panaderías cerraban entre 4 a 5:00 de la tarde. Para donde yo vivo se cayeron muchos postes. No se ha visto que hayan subido (brigadas) y creo que va a tardar”, manifestó Elizabeth Feliciano, residente en el barrio Vegas Arriba.

Me puse a gritar, pero seguí prendiendo todas las luces porque no lo podía creer. Entonces, los vecinos gritaban que apagaran los generadore­s”

VANESA CARABALLO

RESIDENTE EN ADJUNTAS

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QUE HABLAN
Albery Salomé (izq.), y el matrimonio María Milagros Milagros Santana y Miguel Ostolaza, residentes en el sector La Playita, no podían ocultar su contentura por la llegada de la luz.
ROSTROS QUE HABLAN Albery Salomé (izq.), y el matrimonio María Milagros Milagros Santana y Miguel Ostolaza, residentes en el sector La Playita, no podían ocultar su contentura por la llegada de la luz.

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