BEATRIZ REFLEXIONA
Habla de su trabajo y las lecciones aprendidas
En poco más de un año como primera dama, Beatriz Rosselló ha tenido la oportunidad de compartir con los más necesitados, de establecer proyectos comunitarios y de agrandar su familia, pero también ha sido un periodo de aprendizaje.
El ejemplo más reciente, y el que confiesa le ha causado más dolor, ocurrió hace una semana cuando propuso rehabilitar espacios deportivos en los 78 municipios de la Isla con el dinero recaudado en Unidos por Puerto Rico.
“Todos mis proyectos son holísticos, porque como estos niños no tienen a dónde ir, yo quiero ver a futuros Roberto Clemente, futuras personas de bien, y como estudié psicología me dije: ‘si le arreglamos el entorno completo, los podemos echar hacia adelante’; o reparar un área para niños inválidos”, explica Beatriz Rosselló en entrevista con Primera Hora.
Añadió que, aunque retiró el proyecto a través de Unidos por Puerto Rico, sí lo impulsará con la iniciativa “Fortaleza para ti”. Igual pasará con Building of Hope, que ayudará a reconstrucción de hogares.
Compartió que “me dio dolor” cuando la idea fue bautizada como parque, porque “no quería confundir a nadie… El problema fue que fui transparente, enseñé la propuesta y lo que surgió fue una confusión”.
“Estuve bien triste dos días y dije: ‘¡Dios mío!’. La propuesta de Bea se volvió hashtag de nuevo”, sostuvo en torno a su equivocación en el pasado al señalar a Paulo Coelho como el autor de “Cien años de soledad” (Gabriel García Márquez). En cambio, ese “disparate”, como lo define, no le afectó el ánimo.
Madre, esposa y primera dama
Corría este noviembre, casi dos meses después del paso del huracán María, cuando Beatriz parió a Pedro Javier, su segundo descendiente.
El momento, junto al gobernador Ricardo Rosselló y su hija Claudia (3), fue mágico, “de dar gracias a Dios, de respirar… de agradecimiento a la vida”.
Aceptó que este embarazo “fue bien distinto” al primero.
“Con Claudia yo trataba de comer supersaludable... Con Pedro Javier (de quien dice se parece a ella) fue distinto. Había escasez de alimento en todo Puerto Rico, el nivel de estrés, no había electricidad para hacerme los sonogramas... Fue igual que para cualquier otra mujer puertorriqueña, fue bien fuerte”, explicó.
También tuvo que aprender a escuchar su cuerpo, más aun cuando perdió un bebé durante la campaña electoral de su esposo, ahora Gobernador.
Aceptó, sin embargo, que le cuesta “frenar” cuando está en su labor diaria, pero aseguró que, con la colaboración de su equipo de trabajo, mantiene al día las iniciativas de la Oficina de la Primera Dama.
Para cuidar a su hija e hijo, cuenta con el apoyo de su madre, quien se recuperó de un diagnóstico de cáncer, y el de su suegra, la exprimera dama Maga Nevares.
Tampoco deja a un lado el apoyo del Gobernador.
“Nosotros somos un equipo. Hacemos la agenda juntos... Todo lo hacemos en sincronización, como un reloj...”, confesó en medio de sonrisas.
Asegura estar feliz con su trabajo y, aunque resulte prematuro, dice no temerle a un segundo término en La Fortaleza.
“Si el pueblo nos los permite, ¡claro que sí! A mí me fascina hacer esto… ayudar. Por eso la gente me dice: ‘Dios mío, ¿no te da pena que se están matando haciendo esto?’ y yo les digo: ‘ninguna pena, porque a él (Ricardo) le encanta lo que hace’”.
Agregó que le encantaría seguir cuatro años más.
“Sería un honor... y seguiría con más fuerzas haciendo miles de proyectos”, reiteró.
Mientras espera a que esa posibilidad se dé, su agenda para el 2018 sigue llena.
Le dará continuidad a proyectos del 2017, y establecerá otros, como Casa Mujer, que busca darle herramientas a las féminas víctimas de violencia doméstica “para darle un empuje y una ayuda extra”.
Un día sin hacer nada yo no me lo puedo imaginar; sería una tortura. A mí -y al gobernadornos encanta lo que hacemos”
BEATRIZ ROSSELLÓ
PRIMERA DAMA