Alcaldes desean trabajar mano a mano con AEE
Desde noviembre pasado, la Asociación de Alcaldes le solicitó públicamente a la gerencia de la Autoridad de Energía Eléctrica establecer acuerdos colaborativos con los municipios para participar activamente con las brigadas de nuestros trabajadores y ciudadanos voluntarios retirados de esa misma agencia, en las labores de distribución del sistema energético del País.
La intención siempre fue clara y precisa: si los municipios atendimos con premura y alto sentido de responsabilidad la emergencia tras el paso del huracán María, seríamos igualmente efectivos en los trabajos de recuperación para solucionar el más apremiante de los problemas que nos dejó Irma y María, un País que sigue a oscuras.
El reclamo cayó en oídos sordos hasta que, transcurridos más de 109 días, la frustración colectiva que sigue sin ver resultados contundentes hizo que el gobernador Rosselló le diera espacio al análisis de nuestra propuesta.
Sin embargo, el ejercicio no funcionó y la reunión con el funcionario enlace de La Fortaleza solo trajo más frustración a los ejecutivos municipales, que recibimos un no como respuesta a nuestros deseos de trabajar en equipo con la AEE.
Y es que a los técnicos que evalúan la petición de los alcaldes desde una mesa, les falta la experiencia de vida cruda y real de la gente en nuestras comunidades a los que los padecimientos de enfermedades crónicas se han recrudecido por la falta de electricidad.
Quizás no han tenido la oportunidad de ver cómo un sistema hospitalario que también colapsa tiene que recibir más casos de envejecidos con úlceras en sus extremidades, producto del contagio con bacterias, porque el colchón inflable que utilizan no les sirve sin electricidad.
Esos mismos técnicos tampoco han visto como hay más pacientes de apnea del sueño accidentados porque llevan meses sin poder conectarse a sus máquinas de terapia o sencillamente se ven más amenazados por la contaminación del monóxido de carbono de los generadores a su alrededor.
Esa falta de sensibilidad tampoco sabe medir los estragos a la realidad económica de miles de industrias y pequeños comercios que no pueden sostener sus operaciones porque los costos de diésel y gasolina para mantener funcionando sus generadores, han sangrado el presupuesto de sus operaciones y mantienen en rojo sus ganancias.
¿Si la justificación que se les da a los alcaldes para negarles su entrada a las labores de distribución de energía, es la seguridad de quienes participen en los esfuerzos, no es más arriesgado seguir perdiendo calidad de vida, salud y empleos por no abrirnos a buscar otras alternativas para encarar el reto de energizar el País?
Me encontré con una familia campesina, de esas con principios y valores recios que no mueren, que no habían enviado sus niños a la escuela, por no tener como plancharle sus uniformes. La cotidianidad de nuestra gente está rota y hasta en asuntos que pudieran parecer triviales como estos, la esperanza de elevar las aspiraciones a una mejor vida, parecen quebrantadas.
Los alcaldes de ambos partidos merecemos una respuesta contundente que provenga del máximo dirigente del País. Es al Gobernador a quien le corresponde la última palabra y un no como respuesta es inaceptable, no solo para los alcaldes, sino para todo un pueblo que ya se cansó de vivir a oscuras.
“La intención siempre fue clara y precisa: si los municipios atendimos con premura y alto sentido de responsabilidad la emergencia tras el paso del huracán María, seríamos igualmente efectivos en los trabajos de recuperación”