Primera Hora

NO SON HOSPITALIL­LOS

Primera Hora recorrió al azar varios dispensari­os de cannabis en los que constató la rigurosida­d de los procedimie­ntos, mientras el Senado inicia investigac­ión para esta industria

- OSMAN PÉREZ MÉNDEZ osman.perez@gfrmedia.com

El proceso es riguroso, estricto, y ni en un solo instante, en ninguno de los tres intentos, pareció dar siquiera muestras de que podría flaquear o alterarse. Esa fue la realidad que encontró Primera Hora cuando se acercó, sin portar identifica­ción de prensa y figurando como un ciudadano común, a varias de la recién abiertas clínicas de cannabis medicinal.

Lo vivido contrasta con las alegacione­s que llevaron al Senado a emitir una resolución en la que ordena una investigac­ión para verificar presuntas prácticas contrarias a lo dispuesto en la ley que regula la industria del cannabis medicinal y sus dispensari­os.

En nuestra experienci­a, siempre hubo un guardia de seguridad de por medio, siempre se pidió identifica­ción, tanto la regular como la especial del Departamen­to de Salud (DS). Y en ningún caso se pudo pasar más allá de la primera puerta.

“Buenos días. Por favor, me muestra su identifica­ción”, dijo el guardia de seguridad en las afueras del establecim­iento.

Le entregué mi licencia de conducir.

No, no, ni se le ocurra, ni lo piense. Aquí no se le puede ofrecer nada, tiene que estar autorizado” ENCARGADO DE DISPENSARI­O DE CANNABIS MEDICIAL

“¿Y tiene la tarjeta de paciente?”, preguntó acto seguido.

“No, no sé de qué me habla”, contesté.

“La tarjeta de paciente del Departamen­to de Salud. Sin eso aquí no va a poder hacer nada”, aseveró.

Expliqué que estaba interesado en los productos del negocio y que no tenía conocimien­to de cómo funcionaba el asunto para poder adquirirlo­s.

“Ah, ya, usted viene para orientarse”.

Tocó un timbre, le abrieron la puerta y me pidió le siguiera. Una vez adentro, me indicó que estirara mis brazos y abriera un poco las piernas para revisarme con uno de esos aparatos de detectar armas y metales. Culminado el proce- so se dirigió a una joven en el mostrador y le dijo que venía para recibir orientació­n.

En el salón de espera no había vitrinas ni se mostraba o anunciaba producto alguno. Solo estaba el mostrador y un par de sillas.

Otro empleado, también joven, salió al mostrador y comenzaron a atenderme. Del saque me explicaron que tendría que adquirir la tarjeta que emite salud.

“Necesita la certificac­ión de su médico sobre su condición. Tiene que ser una condición que cualifique, no cualquiera. No, la tarjeta no la da cualquiera, la da el Departamen­to de Salud, con médicos autorizado­s por ellos. Aquí no lo hacemos, aquí solo atendemos a los pacientes. Mire, se puede comunicar

a este número, para que ahí le ayuden con el proceso. Si quiere, aquí en la clínica, habrá una orientació­n el domingo”.

¿Hay otra manera de sacarla?

“No señor, no hay otra manera. Sin esa tarjeta autorizánd­olo aquí no podemos hacer más

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Al 19 de enero, Salud tenía registrado­s 16,376 pacientes de cannabis medicinal, cuya edad promedio es de 52 años. Las condicione­s con más usuarios son ansiedad, dolor crónico, artritis, espasmos musculares y cáncer.
ASÍ ES QUE ESTAMOS Al 19 de enero, Salud tenía registrado­s 16,376 pacientes de cannabis medicinal, cuya edad promedio es de 52 años. Las condicione­s con más usuarios son ansiedad, dolor crónico, artritis, espasmos musculares y cáncer.

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