En la CEE hay un gasto total de $30 millones al año de empleados y renta que son totalmente innecesarios”
“Yeh, estoy subiendo como espuma… Evita el delay Aquí si no te ponchamos, te damos doble play No existe replay Son Miami sin Lebron y Wade Nos vamos a switcher, aunque me fichen Me tiran, pero soy un pitcher Tu jeva loca que me la chi#$%& Yo matando y tú mirando en los bleacher”
El recién nombrado presidente de la Comisión Estatal de Elecciones es un juez municipal de Aguadilla, quien estudió derecho en Ponce y se cree egresado de Harvard con maestría en física de MIT, Postdoctorado en cirugía de Johns Hopskins, MBA de Babson y Doctorado en economía de Chicago, tras bachillerato en Austria con internados en Oxford y certificaciones en data security de CalTech.
El juez Rafael Ramos Sáenz no pudo haber empezado peor su término como presidente de la CEE. El carcundo dijo que se merecía tener carro y chofer pago porque “él no era un jefe de agencia cualquiera. Yo soy un juez”, dijo.
Hasta el sábado, tuvo un chofer de Moca guiando al heredero de Nerón e hijo de Afrodita desde Aguadilla hasta San Juan. De hecho, le puso un chofer a su chofer porque salía hasta más barato que enviarlo por el “Fondo”.
El esbirro fue nombrado ante la guerra entre Ricardo Rosselló y Thomas Rivera Schatz.
Rosselló tenía de persona de confianza en la CEE a Norma Burgos y Rivera Schatz a Lolin Santiago. Ambas aspiraban a ser presidentas, pero ante la pugna de bandos, el Gobernador decidió nominar a otra persona y librarse de una pelea a muerte. Así fue que llegaron al eximio aguadillano.
El honorable parece no haberse enterado de que el Gobierno está insolvente y a la vez que todas las corporaciones públicas están sin liquidez para poder operar. El nuevo miembro de la familia real boricua pensó que se merecía todos esos beneficios por su gran sacrificio de dejar la tranquilidad de la Judicatura para convertirse en el juez presidente echando por tierra el trabajo de los jueces, así como el de los otros jefes de agencia que no pueden llevarse el auto para sus residencias.
El gaznápiro presidente no está calificado para dicho puesto y los cambios que debe hacer la agencia. Allí hay un gasto total de 30 millones de billetes al año de empleados y renta que son totalmente innecesarios.
Tatiana Ortiz Ramírez, de mi programa de televisión en Telemundo, fue a buscar las labores que hacen allí. Los empleados tuvieron que admitir que pasaban semanas y solo atendían a una o dos personas, pero el pueblo tiene que pagarles a 800 empleados de los partidos políticos que solo hacen trabajo político por un total de $23 millones al año.
Ponga eso en perspectiva. A esa agencia se le da el doble de lo que se le otorga a Agricultura (fuera de los fondos de la leche), cuatro veces el presupuesto de DACO, tres veces el del Banco de Desarrollo Económico, ocho veces Desperdicios Sólidos, el doble que a Ciencias Forenses (donde se están yendo los balísticos y patólogos porque les pagan cuatro veces más fuera perdiendo la posibilidad de esclarecer asesinatos y delitos).
¿Por qué le pagamos a los partidos $30 millones para mantener a sus huestes trabajando en un supuesto registro electoral que puede ser totalmente automatizado y digital como en otros lugares del mundo y costarnos nada? ¿De verdad necesitamos sobre 100 Juntas de Inscripción Permanente en todo Puerto Rico fuera del año electoral?
Las palabras del presidente de la CEE justificando sus beneficios realmente suenan más a Bad Bunny en “Tú no metes cabra Saramambiche” que a una figura mesurada de la Judicatura que viene con sensibilidad a hacer ajustes como el resto del País ha estado haciendo.
Si Ricardo Rosselló deja a este sujeto en la CEE no suena a un gobernante que promete cambios y ajustes. Si Ricardo Rosselló permite a este sujeto continuar en la CEE el sonido más claro es: “lechuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuga pa’ los cabros”.