SIGUE PATAS PA’ ARRIBA
En el cementerio de Lares parece que el huracán fue ayer
En la llamada parte nueva del cementerio municipal de la histórica Ciudad del Grito, las 1,772 tumbas que colapsaron con el azote del huracán María están tal y cual las destrozó este fenómeno el pasado 20 de septiembre.
Muchas de las fosas que se quebraron todavía están expuestas, dejando al descubierto los restos de los difuntos, mientras el camposanto sigue cerrado por orden del Departamento de Salud.
No se pueden hacer enterramientos y los lareños tienen que cremar a sus muertos, trasladarlos a cementerios de pueblos limítrofes, como Hatillo, San Sebastián del Pepino y Arecibo, o sepultarlos en nichos provisionales en el mismo necrópolis municipal.
“Lamento lo que pasa, pero no me queda otra opción que decirles la verdad”, dijo el alcalde de Lares, Roberto Pagán Centeno, quien espera que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (FEMA) apruebe el dinero para adquirir los terrenos y abrir un nuevo cementerio, y que el predio sea certificado por un antropólogo y un geólogo.
“Todavía no tenemos ningún acuerdo con FEMA”, reveló Pagán Centeno en entrevista con Primera Hora.
Detalló que FEMA atiende primero las fases de recogido de escombros y de mitigación, y luego repara los daños estructurales y permanentes.
“Ya le presentamos las áreas donde esperamos construir el nuevo cementerio. Cuando llegue el momento en que se vayan a reubicar estos féretros afectados nos comunicaremos con los familiares para decirles lo que vamos a hacer”, agregó el alcalde del Partido Nuevo Progresista (PNP).
Explicó que el cementerio municipal se divide en dos partes: “la vieja” y “la nueva”, siendo la más reciente la que se dañó más por la lluvia y el deslizamiento de terreno.
Mientras, Juan López Collazo, propietario de la Funeraria López, narró a Primera Hora que ha visto cómo familiares estallan en llanto porque se ven forzados a cremar a sus seres queridos.
Relató el dramático caso de una madre de 40 años con obesidad mórbida, quien murió de complicaciones respiratorias, pero como el ataúd era de 36 pulgadas de ancho no cabía en los nichos provisionales, por lo que la familia tuvo que optar por la cremación.
“Ella murió a consecuencia del huracán, por la falta de luz. Era asmática y al no poder conseguir el oxígeno, estuvo dos meses hospitalizada. Su condición agravó y murió hace alrededor de un mes”, denunció López Collazo.
El funerario agregó que el gobierno municipal no tiene un código de construcción para exigir a los contratistas independientes que hacen los panteones.
“Por ejemplo, en el cementerio municipal de San Sebastián, las tumbas tienen que ser en hormigón y con varillas, nada de bloques. Si esas tumbas (las de Lares) hubieran tenido varillas, el daño no hubiera sido tan grande”, comentó
En Bayamón, el cementerio municipal también está cerrado, en proceso de exhumación, pero desde antes de María por falta de espacio.
“Hay un proyecto de construcción de nuevos nichos, pero también se paralizó con María. Se le está dando mantenimiento, pero no está abierto como tal al público. También se está trabajando con los daños que sufrió con el huracán”, expresó el alcalde Ramón Luis Rivera Cruz, por voz de su oficial de prensa, Migdalia Rivera.
Hay 1,772 afectados, pero hay algunos que se pueden salvar y creo que ellos (FEMA) van a recomendar que se mitiguen y relocalicen los que se dañaron”
ROBERTO PAGÁN CENTENO
ALCALDE DE LARES