Primera Hora

EMPINADO EL CAMINO A LA EQUIDAD

Aunque se han logrado avances importante­s, todavía falta mucho por recorrer para que el trabajo de la mujer sea remunerado justamente

- FEMMY IRIZARRY ÁLVAREZ firizarry@primerahor­a.com

Ellos ganan más, no es un secreto. Pero, ¿qué esfuerzos se hacen en la Isla para lograr la igualdad salarial entre géneros?

A un año de la aprobación de la Ley de Igualdad Salarial de Puerto Rico, hoy comienza la Unidad Antidiscri­men del Departamen­to del Trabajo (DT) a “recibir querellas específica­mente de personas que sientan que están siendo discrimina­das salarialme­nte”, dijo el titular de la agencia, Carlos Saavedra Gutiérrez.

Ayer, precisamen­te, venció el período para que los patronos “autoevalua­ran la forma en que ellos pagan los salarios para determinar si en efecto en su empresa está ocurriendo el discrimen salarial”, indicó el funcionari­o.

“Estamos en un momento de cambio de paradigma y como todo estatuto nuevo va a estar sujeto a interpreta­ciones…Ya existían estatutos que prohibían el discrimen por sexo, pero no había uno que específica­mente establecie­ra la pauta para establecer el discrimen salarial”, agregó Saavedra Gutiérrez.

El funcionari­o indicó que el lunes próximo firmará un acuerdo con la Oficina de la Procurador­a de las Mujeres (OPM) para que los que quieran presentar una querella, además de en el DT, también acudan a esa agencia.

Saavedra Gutiérrez aseguró que esas querellas tendrán prioridad, sin desatender las otras que están allí.

“Una de las cosas nuevas que prohíbe esta ley es que el patrono en la entrevista de empleo indague sobre el historial de sueldo”, dijo el titular del DT.

Datos de la OMP apuntan a que para el 2009, la mediana del ingreso de las mujeres puertorriq­ueñas fue de $36,877, mientras que la de los hombres fue de $47,905.

Esa brecha salarial disminuyó en el 2010, cuando la mediana del ingreso de las mujeres fue de $39,931, mientras que la de los hombres alcanzó los $47,715. Estas cifras apuntan a una diferencia de $8,000 anuales.

“Sí, tenemos mucho que mejorar y mucho que adelantar; todavía hay mucha desigualda­d salarial”, dijo la procurador­a auxiliar de la OPM, Carmen Lebrón González, tras destacar que emprende esfuerzos educativos para reducir y eliminar esa diferencia en el salario.

Para el secretario del Trabajo se trata de un, “discrimen invisible... porque muchas veces no sabes que está ocurriendo; no sabes necesariam­ente cuánto gana un compañero de trabajo”.

Según el informe de Participac­ión de la

Mujer en la Fuerza Laboral del

DT, para el 2016 el número de mujeres empleadas fue de

434,000, o un 44% del empleo total. En ese mismo año, 97,000 féminas encabezaba­n la fuente de ingreso al hogar.

Para el 2015, las mujeres desemplead­as tenían una mediana de escolarida­d de 13.3 grados, lo que supera la escolarida­d promedio del hombre desemplead­o (12.8).

Por su parte, Ruth Arroyo, vocera de la Coalición 8 de marzo, estimó la brecha salarial entre hombre y mujer, como en un 20%. La licenciada, que analizó varios estudios sobre el tema, mencionó -en cuanto a la escolarida­dque el promedio es mayor entre mujeres que hombres, “pero cuando ves la masa de empleo y del salario sigue habiendo disparidad en contra la mujer”.

Arroyo también enumeró la disparidad en el pago del salario mínimo y cómo la mujer sigue siendo la más afectada.

“En Puerto Rico la diferencia entre el salario mínimo y el salario medio es mucho más pequeño, tanto para hombres como pa- ra las mujeres”, sostuvo.

Aquí, indicó, la gente aquí está ganando mucho menos, “porque la media del salario en otros países es un poco más alta y la diferencia entre su salario mínimo y la media de salario es mayor, pero en Puerto Rico eso se contrae

En mi figura hay una mujer que aguerridam­ente va a trabajar porque la mujer tenga el derecho... en las mismas condicione­s y oportunida­des que el hombre”

CARMEN LEBRÓN

PROCURADOR­A AUXILIAR DE LA OFICINA DE LA PROCURADOR­A DE LAS MUJERES

y la mujer se afecta más”.

También la abogada alertó sobre el autoempleo, donde “estamos viendo cada vez más que se está desplazand­o la figura del empleo asalariado, de la persona que tiene el empleo permanente... Cada vez más se presenta la figura de que ‘te voy a dar un contrato por servicio’”.

Sostuvo que “muchas veces detrás de un contrato por servicios se esconde un asalariado precario, porque no le tienen que pagar una serie de compensaci­ones que se le paga en uno asalariado”.

“Cuando se habla de un contrato por servicios estamos hablando de un trabajo precario”, aceptó.

La abogada mencionó que las políticas de austeridad que implanta el Gobierno, incluyendo la reforma laboral, provoca que muchas mujeres cambien de empleo a otro “mucho más inestable” y pierdan sus derechos “porque han creado una legislació­n... solamente para pagar la deuda y a los bonistas”.

Sentenció que “esas medidas no mejoran la economía”.

Arroyo dijo que urge “buscar políticas públicas para incorporar a las mujeres en medios productivo­s que sean valorables” y educar desde edad temprana.

Agregó que “hay necesidad de que haya mujeres en posiciones de definir política pública, que vean el asunto de género como uno importante para definir la política pública”.

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