HAY GASOLINA, ASÍ QUE RELÁJESE
Aseguran que hay abasto en la Isla y que no hay motivo para la histeria
La ansiedad al pensar que las estaciones de gasolina pueden quedarse sin abastos es comprensible tras las agónicas filas que hacían los ciudadanos en busca de combustible luego del azote del huracán María, pero en esta ocasión -tras el apagón suscitado ayerla historia es distinta, por lo que no debe haber histeria.
Así lo destacó el presidente de la Asociación de Detallistas de Gasolina, Juan Gerardo Colón, al asegurar que el desespero no debe ser opción, “pues hay gasolina de más en las estaciones, y abastos también”.
“A la gente le llega el recuerdo de María, y es normal -por lo que pasaron-, pero esto no es como lo de María. Crean, hay gasolina”, dijo Colón, dueño de tres estaciones ubicadas en Naranjito, Comerío y Barranquitas, las cuales ayer estaban “abarrotadas” desde el mediodía.
Insistió, además, en recordar a la ciudadanía el peligro que existe si se almacena mucho combustible.
“Veo gente llenando muchos galones. Hay que cogerlo con calma y advertir que eso es bien peligroso. Yo sé que los puertorriqueños nos desesperamos, pero hay que tener cuidado y evitar tragedias”, expresó al asegurar que las filas inmensas eran la orden del día en las gasolineras, tras conversaciones que tuvo con varios comerciantes.
Reviven la pesadilla
Horas después de que gran parte del País quedara nuevamente a oscuras, en estaciones como la Gulf ubicada frente a Los Colobos, en Carolina, el empleado William García controlaba la entrada de autos al lugar, donde los clientes aprovechaban para comprar hielo, además del llenar el tanque del carro y los dispensadores para la planta eléctrica.
“Esto no ha parado desde mediodía... pero a diferencia de cuando María ahora están más pacientes”, dijo.
Y entre los que puso a prueba su tolerancia estaba don Misael Rosario, quien permaneció en fila por más de una hora.
“Hay que cogerlo con calma, ¿Qué se va a hacer? Yo sólo espero que esto no dure tanto y que la luz llegue rápido”, expresó el residente de Río Grande, quien estuvo seis meses sin servicio de energía eléctrica a causa del huracán.
Igual esperanza mostró Ángel Troche, de Canóvanas, quien dijo haber revivido “la pesadilla de María” con el apagón que dejaría en penumbra a muchos abonados de la Autoridad de Energía Eléctrica -que ya contaban con servicio- por entre 24 a 36 horas.