EL TEAM BERRÍOS SE LO GOZÓ TODITO
La familia y los amigos del lanzador de los Mellizos tuvieron una fiesta ayer en el Bithorn
Eran las 6:30 p.m. Todavía la oscuridad no se había derramado sobre el terreno de juego del estadio Hiram Bithorn cuando el lanzador puertorriqueño de los Mellizos de Minnesota, José Orlando Berríos, salió desde el dugout para comenzar a calentar.
En su gran noche, en la que fue el pitcher inicialista de los Mellizos ante los Indios en San Juan, ese sencillo gesto desembocó en un sonoro aplauso desde las gradas sin techo que ubican al lado del bulpén del bosque derecho del estadio. Allí la familia y los amigos del jugador se apostaron por dos días para disfrutar de la serie.
Una vez Berríos llegó hasta la línea del jardín derecho del histórico estadio, casi al frente de las gradas ocupadas por sus fanáticos, no quedó un alma sentada. Todos, hombres, mujeres y niños, se pusieron de pie y con sus celulares en mano comenzaron a tomar fotos y vídeos del momento en que el joven comenzó a calentar. El ritual continuó mientras el atleta entró al bulpén para continuar con el calentamiento.
“Vamos arriba”, le gritó alguien, mientras su mamá, Magaly Torres, lo miraba con admiración.
“Aquí estamos para darle apoyo a Orlandito porque sabemos que va a ganar. Ayer nos disfrutamos a Lindor, pero yo espero que hoy (anoche) no se atreva a dar ni un jonrón porque Orlandito lo va a ponchar”, compartió Torres riendo.
Una vez se cantaron los himnos de Puerto Rico y el de los Estados Unidos, las personas comenzaron a acomodarse.
A las 7:05 p.m., Berríos se encaminó al montículo del Hiram Bithorn. Cuando lo anunciaron, el #TeamBerríos irrumpió en gritos y aplausos. Cuando anunciaron al primer bateador que enfrentaría, el boricua Francisco Lindor, a lo lejos de escuchó otro rugido. Luego 1,2,3, pa’ fuera Lindor, y los Berríos se pusieron de pie.
Así se sentó la tónica para el resto del juego. Y Berríos respondió con grandeza. Sacó de out a Lindor en sus primeros tres turnos hasta que fue removido del juego tras siete entradas lanzadas en las que solo permitió tres hits y ponchó a cinco.
Berríos en el juego redujo su ERA a 1.65 y se convirtió en el primer lanzador de 23 años o menos desde Fernando Valenzuela en el 1981 en iniciar una temporada llevando tres de sus primeros cuatro juegos con blaqueadas hasta al menos la séptima entrada.
¡Lo hizo ante su gente!