Primera Hora

LE URGE MANO AMIGA PARA RECONSTRUI­R SU HOGAR EN CAYEY

El policía Ricardo Castro perdió su casa, el carro y todas sus pertenenci­as en el huracán María

- MARIBEL HERNÁNDEZ PÉREZ mhernandez@primerahor­a.com

CAYEY. La humilde casita que fue su hogar por los pasados ocho años implosionó por el azote del huracán María.

Siete meses después del ciclón no ha logrado reconstrui­r su residencia ubicada en las alturas del sector Los Baldíos en el barrio Farallón en Cayey, carece de un vehículo para transporta­rse y se encuentra a merced de la caridad de familiares y allegados para poder sobrelleva­r las pérdidas materiales y emocionale­s sufridas.

El agente Ricardo Castro, adscrito al distrito de Caguas, lleva 22 años de servicio en el Negociado de la Policía, y la Agencia Federal para el Manejo de Desastres (FEMA en inglés) le dio una partida inicial de $500. Pero FEMA le denegó más ayuda por carecer de un título de propiedad y ahora le urge una mano amiga para ini- la reconstruc­ción de su casa y de los materiales para levantar las paredes y el techo para intentar regresar a su rutina de vida.

“Ya yo tenía el presentimi­ento de que la casita ya no existía. Fue horrible cuando la vi. Uno se va en blanco, toda el área estaba seca. Como ven, esto es un monte verde y con mucha vegetación y estaba completame­nte seco, todo parecía quemado. En ese momento uno ve, pero no quiere pensar”, recordó Castro en una entrevista con Primera Hora, durante un recorrido por los escombros que dejó a su paso el fenómeno atmosféric­o.

El policía, quien gastó sus pocos ahorros, no tiene idea de cuánto dinero necesitará para la reconstruc­ción de la casa, la que está aledaña a la de su hermano. Allí convive cuando puede junto a su hermano, cuñada Esther Cruz y las dos nietas que ella cuida.

“Las agencias que me puedan ayudar para poder, al menos, reconstrui­r la casa y poder obtener el techo de nuevo, sería lo mejor en este momento... No sé nada de construcci­ón, pero si alguien me puede dar la mano...”

El hogar de su hermano es una estructura que también se le inundó y le dañó los gabinetes y enseres de la cocina, y le arrancó una puerta.

Allí todavía carecen de servicio de electricid­ad desde el 6 de septiembre pasado cuando azotó el huracán Irma.

Lo peor es que en ocasiones no tienen dinero para comprar el combustibl­e para el generador eléctrico. Mientras, el agua que reciben es de un pozo.

“Fue espantoso, una destrucció­n total, la casa tembló. Mi esposo estuvo ese día aguantando la puerta trasera y de repente …, eso fue una explosión horrible, eso explotó y cuando mi esposo salió, porque la puerta se lo llevó, al cerrarla

cayeron todos los bloques de la parte de arriba que por poquito caen sobre él”, relató Cruz, quien tampoco ha recibido ayudas económicas.

A este panorama se le añade otra dificultad.

Durante el paso del huracán, Castro tenía su vehículo en el taller de mecánica donde le sacaron el motor, el cual quedó inservible por el agua y los escombros del techo que le cayeron dañando la tapa del bloque; esas pérdidas tampoco las ha podido cubrir.

Sin transporte, Castro trabaja en el horario nocturno y está a merced de la ayuda de su hermano, quien le presta el automóvil cuando puede. En otras ocasiones tiene que pernoctar en la Comandanci­a de Área de Caguas, a pesar de que no tiene dormitorio­s para policías; y en otras, con el aval de sus supervisor­es, lo pasan a recoger en una patrulla para que pueda “ganarse el pan” producto de su trabajo.

“Me gustaría tener los materiales para volverla a reconstrui­r y poquito a poco, comciar

RICARDO CASTRO POLICÍA ADSCRITO AL DISTRITO DE CAGUAS

prar los enseres que sean necesarios y lo que uno necesita para poder vivir un poquito mejor. Lo que pude guardar de ropa fue lo que guardé en unos cajones plásticos, lo demás se perdió todo”, exclamó Castro, quien aspira a reconstrui­r la casa en cemento para que sean más resistente a los embates de futuros huracanes.

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Ricardo Castro comentó que a diario, cuando se despierta y nuevamente enfrenta la estampa de su tragedia, dice que no sabe cómo empezar a subsistir por la frustració­n de no tener los recursos para poder sobreponer­se. Si desea ayudarle,...
AMARGURA. Ricardo Castro comentó que a diario, cuando se despierta y nuevamente enfrenta la estampa de su tragedia, dice que no sabe cómo empezar a subsistir por la frustració­n de no tener los recursos para poder sobreponer­se. Si desea ayudarle,...
 ??  ?? NADA FÁCIL. Esther Cruz, cuñada del policía Ricardo Castro, carga a su nieta Aimee entre los escombros de la casa.
NADA FÁCIL. Esther Cruz, cuñada del policía Ricardo Castro, carga a su nieta Aimee entre los escombros de la casa.

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