Si administramos mal la colonia, el estado o la república, terminaremos en pobreza”
Luis Guillermo Fortuño Burset tuvo más dinero que ningún gobernador en la historia:
1.$16 billones de COFINA
2.$2 billones de Obamacare
3.T7 billones de fondos ARRA
4.$4 billones de las foráneas (Ley 154)
5.$1 billón de Metropistas
6.$8 billones de la AEE
Con eso y todo, la economía no recuperó.
Alejandro García Padilla y Pedro Pierluisi fueron al Congreso y al Tesoro federal. El Tesoro estudió los números y dijo que Puerto Rico estaba quebrado por el precipicio de los pensionados, de Mi Salud, de la deuda y del impuesto de las foráneas.
No había forma de pagar la deuda, aunque se quisiera. Nos hacía falta una ley de quiebras para obligar a los bonistas a bajar la deuda porque no hay otra forma de disminuirla. La ley de quiebras disponible para los estados es el Capítulo 9. Pero esa quiebra solo permite que corporaciones públicas y municipios, no del gobierno completo. El Tesoro federal y el Gobierno encontraron que ni siquiera esa quiebra era suficiente. Necesitábamos una quiebra más grande. Una quiebra a la que ningún estado puede acogerse. De ahí sale PROMESA.
Los poderosos buitres exigieron que, si Puerto Rico iba a tener un derecho a la quiebra especial, tenía que meterse una Junta y asegurarse de que era necesario cortar la deuda y no era un truco jaiba. Con un Congreso republicano y un presidente demócrata, así terminó el juego.
Dos años y un terrible huracán después vemos la magnitud del asunto. El problema es que ni la súper quiebra nos salva. Necesitamos una inyección económica de billones de dólares. No puede ser en gastos recurrentes como lo que hicieron los gobiernos desde Sila Calderón para acá ni los fondos ARRA. Tiene que ser en inversión y capital humano porque de lo contrario el País no es viable, particularmente, porque no tenemos sustitución de población y los jóvenes se van mientras se quedan los adultos.
De $9 billones que es el presupuesto del gobierno central, $2 billones son para las pensiones y retirados y $3 billones para servicio de salud que la mayoría es para los indigentes mayores. O sea, $5 de cada $9 que tiene el Gobierno en la mano, se van en cosas que no van a levantar la economía.
Con el informe del GAO, el mensaje de Rob Bishop, los mensajes de Obama y con lo que ha dicho el presidente Trump aún tras el huracán María, parece que un cheque federal no llegará. Ellos ven en Puerto Rico una colonia que ya no representa mucho para los intereses de los Estados Unidos. Lo más que pueden darnos es bajar la deuda. Nosotros no hemos entendido. La colonia que invadieron para proteger el eventual Canal de Panamá, el paseo de la Mona y el guano, la ciudadanía para evitar la invasión alemana, la inyección de bases por el empuje nazi, la inversión para detener el avance comunista y los Castro, la represión del movimiento nacionalista, el rescate de las 936 y los cupones, todo eso es de un Estados Unidos que ya no existe.
Con la caída del Muro de Berlín, el fin de la Unión Soviética, el cambio al aislamiento, ya no tienen que venir al rescate. Incluso, hasta internalizaron la emigración boricua como un sunk cost. Total, si no participamos políticamente o lo hacemos poco y nos dividimos, el poder político será nulo.
Incluso, los rescates tras el huracán han sido lentos y prometen billones de los cuales van soltando a cuenta gotas y la propia Junta reconoce que ni se sabe el número que eso significará. Nos toca a nosotros darnos cuenta de estas realidades. Invertir en vez de gastar. Aportar en vez de canibalizar. Educar para la competitividad y evitar la auto gratificación. Es nuestra responsabilidad tomar el control de lo que tenemos, independientemente del status, porque si administramos mal la colonia, el estado o la república, terminaremos en pobreza.
Esperando que otro nos rescate nos veremos en la revolución de Jet Blue.