LA BAJA EN BODAS ES REAL
En los últimos diez años los casamientos en la Isla se han reducido en un 32%, según el Registro Demográfico
Y, tú ¿te tiraste la soga al cuello?
Los registros de matrimonio en Puerto Rico han disminuido en un 63% en un periodo de cuatro décadas, y en los últimos años la mayoría de los contrayentes optaron por casarse después de los 30 años. Y, negativo. No se trata de una tragedia boricua del amor. Las razones detrás de la tendencia podrían estar influenciadas por diversos factores que van desde la emigración y baja natalidad hasta la crisis económica, el rol evolucionario de la mujer y los cambios culturales en la manera de relacionarse.
Estadísticas de nupcialidad provistas por el Registro Demográfico demuestran una reducción dramática de matrimonios en Puerto Rico durante las últimas décadas. Un viaje en el tiempo y colocando a la realidad de la Isla en 1977, demuestra que los casamientos registrados en Puerto Rico llegaron a alcanzar 34,541. En el año 2017, 40 años más tarde, la nupcialidad oficial se redujo a 12,793. Esto refleja un 63% menos en certificados de matrimonio.
Aunque a menor escala un análisis de la cantidad de nupcias efectuadas en la isla en los últimos 10 años llevan esa reducción a un 32% tomando en consideración que en 2008 hubo un registro de 18,620 casos y en el 2017 esa cifra bajó a 12,793. Pero la baja más significativa es la diferencia entre el año pasado y el 2016, con un descenso marcado de 3,114. En el 2016 se inscribieron 15,907 matrimonios.
“Claro, en 2017 hay que poner un asterisco porque es probable que el fenómeno del huracán (María) afectara la tendencia que, probablemente, hubiéramos tenido al final, para diciembre, el mes que históricamente (seguido por julio) es en el que se casa más gente en Puerto Rico. Y eso, este año pasado, no ocurrió. Fue similar a lo que vimos en septiembre y octubre, meses en los que de por sí ocurren el 7% de los matrimonios totales de la Isla. En 2017, esas cifras bajaron a 4.3% en septiembre y a 2.4% en octubre. Así que sabemos que el evento del huracán tuvo un efecto en esas estadísticas pues la condiciones en la calidad de vida del país no eran las mismas. Sin embargo, hay que distinguir que como quiera en los últimos años ha habido una reducción marcada en las nupcias y eso parece que continuará”, expresó el demógrafo José López.
¿Por qué esa baja tan dramática en esa estadística vital del perfil demográfico?, se le inquirió al experto.
Antes de responder recordó que la norma en la isla es que la mayor cantidad de las celebraciones de matrimonio ocurren en los y las contrayentes entre las edades de 25 a 29 años. “Aunque algo singular ocurrió en 2017 y fue que el promedio de edad del novio fue de 33 años, mientras que el de la novia fue de 32 años. Y eso es importante aclararlo porque en Puerto Rico he-
mos visto una reducción poblacional en la estructura de edad de gente joven que son, como mencioné, los que tienden a casarse más”, detalló.
Agregó que ese cambio en el perfil demográfico -en un país donde mueren más personas de las que nacen y la mayoría de los que viven en la isla son personas adultas mayores de los 50 años- tiene que ver con dos factores: emigración y la disminución en las tasas de natalidad.
“La tendencia en emigración en los últimos 10 a 12 años indica que la que se está yendo es la población joven en edad reproductiva y de participación laboral. El otro elemento es que en Puerto Rico llevamos años con una disminución significativa de nacimientos y esa reducción -a mediano o largo plazoincide en la estructura de edad de la población que, precisamente, son los que contraen matrimonio”, expresó.
Además, López rechazó que la baja en registros de matrimonio sea respuesta a una crisis de amor en la Isla. Su análisis, desde un aspecto sociodemográfico es que ha ocurrido un cambio cultural en la manera de relacionarse entre las parejas, quienes cada vez optan más por la convivencia.
“La historia y dinámica cambió. Esto ya no es igual a hace 50 años. Ha habido un cambio en la mentalidad del ciudadano y en el acercamiento de las relaciones de pareja y eso tiene un efecto en el matrimonio. Sabemos que hay un aumento en la proporción de personas que tiene una unión consensual y eso es una tendencia sociológica que hay que observar”, dijo al resaltar que la tendencia a la convivencia es un factor que debe tomarse en cuenta a la hora de formular políticas públicas o al momento de las empresas privadas ofrecer beneficios a sus empleados, como lo es el plan médico.
El rol de la mujer en nuestra sociedad pudiera ser también determinante en las cifras de matrimonio.
“Otra variable a evaluar es entender el rol de la mujer de hoy en día que tiene como prioridad la educación y tiene más participación en la fuerza laboral. Tradicionalmente se pensaba que la mujer tenía como prioridad casarse y tener hijos. Pero esos intereses han cambiado, la mujer es más independiente y eso también puede llevarla a posponer el matrimonio”, analizó el demógrafo.
En cuanto a los matrimonios igualitarios o entre personas del mismo sexo la tendencia es de entre 260 y 400 por año. En Puerto Rico, las nupcias entre personas del mismo sexo se permiten desde julio de 2015, luego que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos resolviera que el matrimonio es un derecho fundamental para todos los ciudadanos por igual. En ocasión de la histórica decisión, unas 60 parejas se casaron en una boda masiva que se llevó a cabo en el Paseo de la Princesa en El Viejo San Juan. Desde su legalidad, en la Isla se han registrado 943 nupcias con personas del mismo sexo.
“Lo curioso de los matrimonios igualitarios es que, por ejemplo en el 2017, el
64.2% de los casamientos fueron entre féminas y el
34.8% entre varones”, destacó López.
Otro dato interesante es que en 2017, el 58% de los matrimonios fueron celebrados por reverendos, mientras que el 28% los efectuó un juez y el 10% algún sacerdote.